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Nunca verán la luz aunque fijamente la miren


Los que no ven el mal, ya jamás verán el bien. Por igual, los que no ven la sinrazón, ya jamás verán la razón ni la respetarán ni la usarán, interminablemente jamás. Obvio y dignidad obvia.

Sí, porque el primer sustento, el primer valor o la primera referencia-orientación de la razón es siempre el distinguir bien a cualquier sinrazón en dondequiera que esté (para evitarla y reprobarla). Eso es, para que cuando algunos inicien un razonamiento no se impregne o no se contamine de ninguna sinrazón de la índole que sea (psíquica o social).

Por ello hay que conocer bien el terreno y el procedimiento de todas las sinrazones posibles para que no entre nadie en una falsedad o en una irracionalidad, ¡por descontado!, para que ya la racionalidad se facilite, se respete y se premie.

Lo que pasa es que, en burlas o en distracciones indignas, en indiferencias cotidianas (por egolatrías), y en ignorancias resultantes de tantas confusiones y manipulaciones (generadas también por estéticas-formas), al final nadie advierte desalmadamente nada o, en claro, nadie tiene la más pajolera idea de lo que es una sinrazón.

Y es, eso precisamente, lo que me motiva para aclarar aún más y más lo que es una SINRAZÓN. Así que lo hago: Sinrazón es lo que no puede convivir ni abrazarse con una razón (sea la que sea), sinrazón es todo lo que contenga alguna ignorancia, confusión, contradicción o irresponsabilidad, sinrazón es todo lo que no puede garantizar una “armonía social” (o benevolencia social).

Lo he dicho más claro que el agua limpia, sí, por lo que la sinrazón así impide cualquier bien u orden o felicidad común, o sea, destruye o sin más siempre genera la maldad. O da una imposibilidad real a la existencia del bien mismo.

Hay muchos tipos de sinrazones: la confusión, el prejuicio, el juicio de la intención, el convencimiento irracional (o el hacer pasar un mal por un bien o un error por un no error), el seguimiento-premio irresponsable (el ayudar a lo que todos ayudan sin aplicarse ahí una precaución ética) y el no renunciarse ya lo irracional, la verborrea, la estética “descontenida” o la retórica por una sociedad menos manipuladora.

Aunque, sin duda, la peor o “criminal” sinrazón es el seguimiento o el premiar irresponsable que llevan a cabo demasiados intelectuales, siempre secuestrados o afectados por una idolatraría, por un esteticismo desalmado (que imponen a la sociedad por emulaciones o por autoengaños interesados en puro gran error, sí, como un seguir “a lo que siguen todos” por no sentirse ellos solos o débiles) o por una impulsividad de fanatismo (en donde son reaccionarios por estar ya mal concienciados o adoctrinados).

Es sólo eso lo que más ayuda a que la inteligencia del mundo sea cada vez “más falsa” o errónea hacia un insistente mal… invencible (aceptándose por todos como nada más que así).

El caso es que, por tal camino, van a seguir siempre a un Barrabás y no a un Jesucristo, van a seguir a lo primero que esperan oír en desinformación o en bulos (nunca en sensatez), a lo primero que aliente a una locura o a una guerra o a un exterminio. ¡Por seguro!

Como está ocurriendo día a día, con tantos odios disimulados o títeres mediáticos (de “falsas sabidurías”) o cacaos mentales de tanta gente que... “parecía normal”.

 

José Repiso Moyano

 

 

 

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