Publicidad

El apoyo social


El apoyo social es determinante en todo lo que luche un ser humano para que se consiga la más mínima dignidad humana y, además, para que se consiga justicia, ejemplaridad social o, por paulatinos efectos, no humillación a cualquier bien.

Pero siempre, en uno o en otro sitio, el apoyo social es conseguido si se beneficia al convencionalismo; o sea, a la cultura que manda, a sus aprovechadas estéticas o, aun, a los comportamientos que están estrechamente sostenidos y promovidos por el poder político-económico.

Sí, el apoyo social es ya algo preparado (regla de un “juego sucio”) por lo que conviene a una época y a sus mismos poderes fácticos; es algo cocinado por todo lo que especula para que sigan “las mismas voces cantantes” en una sociedad (y, ¿cómo no?, sus obediencias).

Obvio, ese proceso se cumple tal como aguantó Jesucristo frente a Barrabás; es decir, lo nuevo, lo justo, lo racional, lo que ya no se puede sostener de corrupto frente a LO ESTABLECIDO, ¡exacto!, frente a lo que les baila todas las músicas a los poderes que viven de la usura de la obediencia de todos.

Así, siempre todo el pueblo (sin poderlo casi remediar) perdonará antes a un Barrabás que a un Jesucristo. Y simplemente porque, un Barrabás, nunca será molesto o transgresor a todo eso que he indicado, ¡por seguro!, y ya en adelante las artes o las estéticas que realice (a sus caprichos convincentes) ese Barrabás siempre (absolutamente siempre) contarán con un apoyo social.

Ahora bien, en positividad, los que de verdad defienden el bien o la verdad, aunque en vida nunca jamás tengan en dignidad un suficiente apoyo social, sucede que al final de sus vidas (o ya muertos “a palos”), sí sorprendentemente alcanzan una ayuda debido a que la sociedad “se da cuenta al fin” en conciencia de la validez de cambiar-sustituir las “ratas” que tanto han chupado de la sangre de todos.

Así es, ¡evidente!, ningún ser humano que se levantó contra los grandes males de la sociedad fue dignificado ni al momento tuvo un apoyo social, ¡claro!, y además se cumple así siempre eso como una regla física; no obstante, ¡ah!, hay que tener esperancitas (de las que aún no se hayan descuartizado) y siempre al final ayudarán, más tarde que temprano, al que no obedece a las estéticas de tantas “víboras” o “demonios santificados” que viven (y que siempre vivirán) de quitar las dignidades a todos los bienes que existen.

Por lo menos… eso ya es algo.

 

José Repiso Moyano

 

 

 

 

Comentarios
    No hay comentarios
Añadir comentario
- campo obligatorio (*)

Normas de uso
  • Esta es la opinión de los internautas, no de El Faro de Málaga
  • No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • Reservado el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.