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La ética burlada por todos


Lo que realmente ocurre es que el ser humano ENGAÑA una y otra vez a casi todo lo que se encuentre en su vida; y lo hace muchas veces sin una conciencia suficiente alcanzada y, otras, porque quiere hacerlo así, en apego a la misma maldad, sin reticencias morales o éticas.

El elemento principal-diferencial de la condición humana es el EGO (egoísmo) y nunca podrá liberarse de él (sí, hasta el infinito ya, ¡nunca!) sin usar plenamente una disciplina firme o indoblegable como es la racionalidad. Porque ningún otro animal puede multiplicar su egoísmo (de un día hacia otro) tantísimas veces como lo puede hacer en realidad el ser humano.

Exacto, no es sólo la estupidez humana la capacidad que puede ser infinita (como dijo Einstein), sino también el egoísmo, el cual lo pone y lo pondrá a sus antojos por encima de las normas, del bien común o, incluso, por encima del bien y del mal. En verdad, tendrá patente de corso sobre otras cuestiones vitales de su existencia, como es el respetar o el dignificar su medio natural (la naturaleza).

No obstante, sólo se salvará si es de verdad equilibradamente racional; pero esto a la gran mayoría humana (y en algunas épocas será la total mayoría) le dará igual, aumentando la música que escucha (manipulada o autoengañada) contra la sensatez o contra la razón. Sí, y se reirá con imparable estupidez ya prácticamente … ¡de todo!

Los seres humanos, uno a uno, se arriman al sol que más calienta, protegen lo que, ya desinformados, ya adoctrinados o ya autoengañados, quieren proteger; sobre todo se dejan influenciar-contagiar-embelesar por un modo (estético o fanático) de valoración totalmente erróneo o destructivo.

Y las evidencias o consecuencias graves de todo eso son incontables, porque inventan (para la sociedad intelectiva o como contundente ayuda para cualquier utilidad social) una y otra vez bienes, sí, ellos inventan bienes (o sea, que no son reales ni fiables), a miles; y, asimismo, inventan males, a miles por día, sin parar.

Lo aclararé más, los bienes o los males inventados son esos que no son racionalmente descubiertos de la realidad para la realidad, sino son sólo unos supuestos, impuestos, imaginados o ficticios que se atribuyen a hechos o a contextos reales. Es decir, son irracionales o se han construido sólo con la irracionalidad por el más conveniente desequilibrio.

En fin, los seres humanos, en sus políticas, en sus libros incluso, en sus púlpitos o en sus rediles, siempre inventarán males para rentabilizarlos, por una buena imagen-apariencia nada despreciable o, en inercia de dejadez-indiferencia-astucia, para sacar una gran e inmoral tajada de egoísmo.

 

José Repiso Moyano

 

 

 

 

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