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La verdad otra vez


El viernes 12 de mayo ppdo., Nicolás Redondo Terreros, afirmó en la tertulia de la mañana de Carlos Herrera: “el franquismo fue derrotado en España en 1977 por los votos de los españoles”. Mi percepción es totalmente distinta. Verán: Nací en Abril del 36; por tanto he vivido, al decir de Tamames, “la Era de Franco” y los tiempos siguientes.

¿Qué es el franquismo? Palabra que se repite, machaconamente, sin definirla para saber todos, de qué estamos hablando. No es doctrina política. Franco no generó, teoría alguna. Puede denominarse así el largo periodo de su gobierno desde el 1º de Abril del 39, que termina la guerra, hasta el 20 de Noviembre del 75, que muere, la inercia política lo extiende hasta mayo del 76 cuando el Rey nombra a Adolfo Suárez, Presidente del Gobierno. Eso es pasado y por tanto inamovible. Derrotarlo es imposible.

Puede denominarse así a la forma autoritaria de ejercer el poder. (Él hablaba de mando). En ese caso el franquismo se fue disolviendo y transformando  a través del tiempo casi desde el principio. El inicio se apunta en el año 46 con la retirada de los embajadores, acto que replica con la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado que proclama a España como Reino.

Al año siguiente, el 47, pacta con D. Juan el que Juan Carlos, su hijo, se eduque en España.

En el 48, Juan Carlos, comienza el Bachillerato y sigue con las Academias Militares y un largo etcétera al que, en diversas ocasiones me he referido, en estas páginas,  a lo largo de los 15 años largos en que he sido acogido en ellas.

Franco no fue nunca derrotado y la democracia la trajeron fundamentalmente: El Rey Juan Carlos, elegido primero y, designado después por Franco, como heredero a título de Rey, con todos sus poderes, atribuciones y garantías; no se olvide. Torcuato Fernández Miranda y Adolfo Suárez, ministros Secretarios Generales del Movimiento, amén de otras personas más o menos significativas del Régimen.

Y sobre todo, el pueblo español, bien preparado, con buen nivel de vida, alcanzadas las cotas de bienestar suficientes para emprender una aventura política, sin par hasta la fecha, como es pasar de un gobierno autoritario, con libertades restringidas a otro de plena libertad, de forma pacífica. Esa es la verdad y como diría Machado, D. Antonio: "Tu verdad no, la Verdad; y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela", MR.       

 

 

 

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