Publicidad

El todopoderoso buenismo de las bestias


Todos los seres humanos mueven (por egoísmo, ignorancia, fanatismo, irresponsabilidad, etc.) incontables mentiras en el mundo, las cuales se fortalecen cada vez más o se hacen casi invencibles, obvio. Las mentiras o el resultado de ellas asimismo “se blanquean” por muchos intereses sucios e inevitables de muchos poderes que crean los seres humanos.

En realidad, todo poder va a justificarse como un bien y, cuanto más fuerte o más poder sea, más va a presionar a la sociedad (casi siempre censurando otras cosas) por establecerse como un solo bien (aunque nunca lo sea) o como bueno. Eso es así… lamentablemente.

Sí, no existe ser humano (en manos de un poder o de una censura) que no imponga su dictado irracional de que es bueno; pero, cuanta más desinformación mueva (protegiéndola) en y hacia la sociedad, más destrucción desarrollará de la manera más sutil posible. Y así más mentiras garantizará un día y otro, y después otro.

Además, cualquier buenismo (el hacer pasar como bueno lo irracional o lo falso) siempre va a quitarse de el medio a lo que real u objetivamente es bueno o racional; y ya se valorará solo (por defecto o por inconsciencia colectiva) lo que va con ese juego o reglamento, o sea, se valorará indudablemente por todos los intelectuales sin cesar lo mafioso o lo inmoral.

Claro, en la creación humana o en la sociedad casi todo funciona como una fábrica de buenismos o de un “blanquear” todas las estupideces que satisfizo y satisface el ser humano, y hasta el punto de que (por consecuencia) es una determinante valoración humana, invencible en cualquier intelectualidad o élite social.

Por ejemplo, una política es y será una todopoderosa fábrica de buenismos, en donde sus integrantes siempre lo justificarán todo (incluida cualquier ceguedad o violencia instrumental) por quedar como buenos o intocables en “sus maravillosas grandezas” de seguir una política.

Pero, cuanto más poder tengan esos seguidores o buenistas (de protagonismo en la sociedad), más abusarán con una valoración siempre objetivamente inmoral o destructiva (aunque para ellos sea una maravilla, sí, usando un corporativismo también inmoral). El caso es que por un camino u otro camuflan de ellos una “inquisición” que actúa siempre contra la verdad o contra la razón.

En fin, ¿qué puede resistir ya el humillado?, ellos siempre van a destruir a uno o a otro bien al mismo tiempo que imponen unas infraestructuras que solo premian a las seudorrazones, a las estéticas afines a la sinrazón, a las mentiras o a los repugnantes buenismos.

Y, al final, el tiempo pondrá su última palabra, sí, ya después de que todas las mentiras hayan construido preciosos imperios y hasta adineradas ciencias generadas solo en mentiras y en solo mentiras.

 

José Repiso Moyano

Comentarios
    No hay comentarios
Añadir comentario
- campo obligatorio (*)

Normas de uso
  • Esta es la opinión de los internautas, no de El Faro de Málaga
  • No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • Reservado el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.