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La injusticia lo tiene todo de su parte menos la razón


Cuando tú razonas bien, sobre y ante algo puesto o impuesto en la sociedad irracionalmente, lo primero que haces es desacreditar a eso sensata o racionalmente, o sea, desmontarlo o descalificarlo en razón, acusarlo de sinrazón o de irresponsabilidad, o declararlo como algo no ético en consecuencia. Así es.

Razonar bien o estar del lado del equilibrio siempre es y será un camino de desacreditación de lo que abusa en la sociedad desequilibradamente (en injusticia), de lo que se hace pasar por bueno o por verdadero o por “incuestionable” aun a los ojos de otros o de todos. Sí, un correcto razonar es siempre un intento de destapar-expulsar del pensamiento colectivo (o de la misma opinión pública) cualquier mentira o todo aquello que es tóxicamente sinrazón.

Porque el uso de la razón requiere, ni más ni menos, confrontarte o superar a cualquier sinrazón acreditada solo con los mismos intereses (irracionales) de la sociedad; en claro, requiere un no dejar en paz o un no beneficiar constante a todas las sinrazones que han conseguido algo socialmente (ya sea poder, convencimiento o impunidad colectiva).

Cuando determina la racionalidad en un medio social cualquiera es ya porque, de verdad, no está determinando ni decidiendo nada en tal medio social cualquier sinrazón o acreditada opinión por muy sinrazones que sean. Exacto, la sinrazón no puede (en equilibrio) determinar créditos éticos nunca jamás.

Por ello, pensar con razón es siempre un ser tú molesto o molestar (en cualquier momento) a todos los créditos éticos falsos o que no respetan racionalmente a la misma ética, pues solo se la atribuyen cínica o falsamente por medio de un poder económico, religioso, judicial, político o meramente social.

Racionalizar es poner en orden o en privilegio de razón aquello que no lo está, ¡sin duda!, es desenturbiar por aclarar, es desordenar “lo erróneamente ordenado” por ordenar de nuevo, es borrar o sustituir cierta base de prioridades por otras que son ya las adecuadas o las justas o las correctas.

Así que racionalizar es una obligatoriedad de no admitir lo contrario de lo que supone de verdad el buen o el correcto razonar, es el rechazar o el no ayudar nunca a lo que se beneficia de un no-razonar o de una sinrazón o de una injusticia (porque detrás de toda injusticia siempre está una sinrazón causándola).

Y, por último, pensar en razón y con razón significa lo mismo: el no admitir el descrédito de la razón y sí el descrédito siempre de quienes la suplantan o la desprotegen o la falsean o la niegan.  ¡Clarísimo está!

 

 

José Repiso Moyano

 

 

 

 

 

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