Queda lejos la Revolución francesa, pero él se sentía orgulloso de ser descendiente de Jacques Pierre Brissot, escritor y líder de los girondinos. Trabajaba en la fabricación de tubos de metal de distintos diámetros según la utilidad a la que se destinaban. Pero su sueño era la política.
—Tu ancestro era hijo de un posadero y fue guillotinado por oponerse a Robespierre —le dijo un compañero de trabajo que había indagado en la vida de Brissot.
—Y a ti te corto el cuello yo como sigas insultándome.
Cuando le contó lo ocurrido a su esposa, le dijo Felicité:
—Como si ser hijo de un posadero y oponerse al sanguinario Robespierre fuese un delito. El cuello tenías que haberle cortado en vez de amenazarlo.
Antonio García Velasco
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