Publicidad

El Copo. Antonio Hernández, poeta


Los poetas, mientras viven, pasan silenciosamente en este o aquel ajetreo ciudadano. Sin bulla. Más tarde, la historia -el auténtico jurado- recupera sus versos y los coloca en la órbita de la inmortalidad. Antonio Hernández es uno de los llamados a instalarse en esa curvatura.

         Antonio es andaluz. Más importante, ejerce de andaluz y lo hace desde el espacio literario en una doble vertiente: la de escritor y la de hombre entregado a situar las letras andaluzas en su justo lugar, o sea: en la vanguardia de la literatura nacional.

         Como escritor, sus jalones clavados en el campo literario lo acreditan con todos los premios habidos y por haber en este ingrato mundo de poetas y poetastros. No los relaciono, solamente menciono dos de ellos: “Premio Nacional de la Crítica” y “Premio Nacional de Poesía”.

         Como andaluz entregado a la lucha en pro de la integridad, la solidaridad y la independencia de criterios en el mundo literario, podríamos citar su ardua tarea como fundador y presidente de la Asociación de Críticos Literarios de Andalucía, claro exponente de auténtico altruismo.

         Personalmente -la poesía tiene bastante de subjetividad- creo que su poética supura Andalucía por todos sus versos, o sea, filosofía, alma y ser de lo andaluz en la más recta y maravillosa interpretación del hecho universal de sentir Andalucía.

         Desde aquel “Alma mater” de su poemario “INDUMENTARIA”: “No sé como nos las arreglamos/ los andaluces. Nuestro sino es perder/ para seguir vibrando./ Nuestra historia un alud/ de distinciones rotas./ Nuestra mercadería/ una versión inútil y poblada/ del silencio inmortal…”, hasta “HABITACIÓN EN ARCOS”: “Sólo tú, gran útero, gran cuna y sonajero,/ gran placenta de todos, permaneces;/ tú, gran rueda evocando, extrayendo del tiempo/ a lo desconocido…”, pasando por “SAGRADA FORMA”, auténtica catedral de la poesía universal, donde canta la esencia del ser: “Ahora… tomo la luz, los aires,/ el sol, la brisa, el mar de allí, como quien toma/ en un domingo claro que es orilla de un dios/ la eternidad de un día de la sagrada forma.”, toda su poética es un Cantar de Cantares a esta tierra que impregna todos nuestros poros.

         Leyéndolo vuelvo a la vieja normalidad, la auténtica. Gracias, Antonio.

 

 

 

Comentarios
    No hay comentarios
Añadir comentario
- campo obligatorio (*)

Normas de uso
  • Esta es la opinión de los internautas, no de El Faro de Málaga
  • No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • Reservado el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.