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El veredero


Enfáticamente decía que él era el veredero en la paz y en la guerra. Lo más espantoso que le ocurrió tuvo que ver con la lectura improcedente de un documento. No tenía que haberlo leído, pero... En el escrito se hacía una lista de los caídos en la batalla y, en tal relación, con su nombre y apellido, figuraba él.

—Pero yo estoy vivo —se dijo— O, acaso, estoy muerto y no me he dado cuenta. Y me creo vivo, cumpliendo mi misión de repartir informes.

Cuando se presentó al comandante estaba temblando. Le entregó el parte.

—¡A sus órdenes, mi comandante! Si no tiene otra misión para mí...

El oficial estaba leyendo la lista de los caídos y no respondió de inmediato.

—¿Por qué figuras entre los muertos, Peter? —le interrumpió.

—Lo ignoro, mi comandante. Debe tratarse de un error...

En ese mismo instante, el proyectil de un bazuca hizo explosión cerca de ellos y el soldado, veredero Peter, fue arrojado contra la pared por la onda expansiva.

 

Antonio García Velasco

https://agvelasco.blogspot.com/

 

 

 

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