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El Copo. España, convulsa


Me dice un amigo que sabe de denuncias y anomalías por el estilo, que si usted se presenta en una Comisaría de Policía y denuncia que un vecino de bloque le está amenazando de muerte, el hecho tiene proporciones de rápida investigación y la “cosa” puede ir a más.

         Ahora bien, si un “artista” rapea lo mismito que el pobre vecino, usted se la tiene que “tragar doblada” porque en este caso concreto el rapero está ejerciendo, además del “arte”, el derecho a la libertad de expresión.

         España está convulsa en estos días porque un “artista”, Pablo Hasél", ha sido condenado a nueve meses de cárcel por la Justicia por confundir “churras con merinas”, o sea: el arte con el delito, o si lo desean de otra manera: la libertad de expresión con el libre albedrío de ciscarse en la puta madre de cualquier bien nacido y, para más inri, desearle la muerte o incitar a que alguien consiga su exterminio.

         Así las cosas, y los casos, España está que arde por los cuatro costados, o sea: por toda Cataluña, Madrid, Valencia y Granada, que un servidor sepa por ahora. No tendría nada de extraño que, a partir de este fin de semana, a falta de una Cuaresma en condiciones, comencemos a vivir una auténtica Pasión.

         Se asegura, y parece cierto, que los autores de los lamentables sucesos que sacuden la geografía hispana son muy jóvenes y, junto a ellos, otros menos imberbes, que son auténticos profesionales en guerrillas urbanas.

        Y después, lo que es más grave, el diputado de “Unidas Podemos”, señor Echenique, que rocía de “gasolina twittera” los ánimos de los que están empeñados en que España se convierta en una hoguera viviente.

         Así nos va.

 

 

 

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