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Mi mejor maestro se llamaba don José


Mi maestro, mi mejor maestro, se llamaba don José. Era muy joven cuando fue destinado a nuestro pequeño pueblo. Siempre nos hablaba del espíritu de superación y nos impulsaba a conseguirlo. Gracias a él hice el bachillerato elemental, preparado por él, con examen en el instituto comarcal; conseguí una beca, estudié bachillerato superior... Cursé una carrera universitaria. Me doctoré. Años después, logré docencia en la Universidad y, ¡admirable coincidencia!, mi maestro, mi querido maestro, ya con plaza en la capital, por su ejemplar afán de superación, se había matriculado para obtener la licenciatura en Filosofía y Letras... Estaba sentado allí, esperando al profesor, el nuevo profesor, que les impartiría la asignatura de Gramática histórica. ¡Qué ocurrencia!... ¿Cómo podría enseñar a mi maestro, como ser tan buen profesor como lo fue para mí? ¿Cómo enfrentarme a la corrección de sus exámenes, calificarlo, valorar sus conocimientos?

Cuando me saludó tras la primera clase sólo me dijo: "Tú has valido siempre mucho, ya te lo decía yo. Me siento orgulloso de ti". "Muchas gracias, don José".

 

 

Comentarios
  • José García Pérez

    2 February 2021

    José Sánchez Blanco.

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