Publicidad

La buena noticia. Un periodista viejo


     Cuando me paro a pensarlo, llego a la conclusión de que ciertamente mi vida responde rotundamente a una de los dos calificativos de la frase. Soy viejo. Por si el carnet y el espejo no se encargan de corroborar esa aseveración, un titular de un periódico local destacaba días pasados el accidente sufrido por “un anciano de setenta y dos años”. Menos de los que yo tengo.

    Ahora pasemos a la segunda incógnita de la ecuación. ¿Soy periodista? Hace quince años que obtuve mi título y me incorporé a la Asociación de la Prensa malagueña. Quince años asistiendo a la Eucaristía que celebra el día del patrón, San Francisco de Sales. (Menos este año, la pandemia y la orden expresa de mis hijos impidiéndome salir de casa me han obligado a celebrarla por televisión). Más de quince años escribiendo en periódicos y haciendo radio y televisión. Muy pocos. Esto me lleva a ser un casi pipiolo en la profesión. Sigo teniendo la misma ilusión por formar, informar y entretener a mis lectores o a los oyentes de mis programas de radio. Pero no soy un viejo periodista curtido en añejas redacciones al estilo de las de la película “Primera Plana”.

   Dado que queda demostrado que no soy un viejo periodista, queda bastante evidente que soy un periodista viejo. Lo cual no indica que sea caduco y demodé. Soy viejo porque tengo muchos años. Soy periodista porque procuro informarme e intento transmitir noticias ciertas a los que me honran con su atención. Y lo hago.

   Lo que si que está claro es que siempre procuro transmitir buenas noticias y descubrir un hálito de esperanza en estos tiempos tan difíciles que nos ha tocado vivir.

    Mi buena noticia de hoy es que hemos superado un año desde aquel malhadado día en que nos dijeron desde la lejana China que había surgido una enfermedad que se llevaba para adelante a una buena cantidad de pacientes. Hemos sobrevivido (una buena mayoría de nosotros) a esa “gripe fuerte” que nos anunciaron y se sigue llevando varios cientos de vidas a diario tan solo en España. Hemos sobrevivido a unos gestores ineptos y prepotentes, así como a una sociedad egoísta que sigue poniendo en peligro sus vidas y, sobre todo, la de sus mayores, por mor de pasarlo bien, tomar copas, bailar y hacer de su capa un sayo. A unos políticos que ponen por delante, su partido, las elecciones, la economía y su prepotencia llena de ignorancia, a la salud y la supervivencia.

    Insisto. La buena noticia de hoy, es que podemos contarlo. Que este periodista viejo seguirá intentando transmitir las muchas buenas noticias que se producen cada día. Termino dando las gracias a Dios y las gracias a la vida. Espero que algún día seré un viejo periodista.

 

 

Comentarios
    No hay comentarios
Añadir comentario
- campo obligatorio (*)

Normas de uso
  • Esta es la opinión de los internautas, no de El Faro de Málaga
  • No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • Reservado el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.