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El virador de la fotografía


El séptimo mes del año se llama Julio, como mi tío político, el prestigioso fotógrafo, el marido de mi tía Genoveva. Un día del mes de su nombre, mi tía había salido con mis primos. Preferí quedarme leyendo a la sombra de un árbol del jardín. Mi tío se me acercó, me tomó la mano - “Ven”- y me llevó al laboratorio donde revelaba sus fotografías.

—Mira —dijo— este líquido es virador y sirve para cambiar la sal de plata del papel fotográfico impresionado. ¿No te parece fascinante?

Yo asentí, sin comprender demasiado ni sus palabras ni sus miradas en aquella atmósfera rojiza del revelado.

—Si te parece, dejamos la formalidad...

—No te entiendo, tito Julio.

—A eso me refiero, no me llames tito Julio, sólo Julio, sin formalidades. Al fin y al cabo yo no soy tu tío... Hace calor aquí... Mira, quiero enseñarte todo el proceso del revelado... Hace calor... Puedes, si quieres, quitarte la blusa, quedarte más fresquita y cómodo, sin fatiga.

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Yo tenía sólo quince años y no veía las intenciones de mi tío Julio. Se me acercaba insinuante como un gato que busca una caricia.

—¿De verdad que no tienes calor?

—Tío Julio, no me gusta esta luz roja, ni los olores que tienes en este laboratorio de revelado —me giré para salir.

—¡Ni lo pienses! —exclamó a la vez que me sujetaba el brazo haciéndome volver—. Ahora no se puede salir de aquí, me estropearías el trabajo de la última semana.

Me atrajo contra su cuerpo. Sentí el empuje de su erección presionando sobre mi vientre. Fue a besarme...

—¡Tía Genoveva! —grité. Relajó su abrazo y pude separarme de él... Ignoro si le estropeé el revelado de sus fotografías al abrir la puerta y escapar.

Han transcurrido cincuenta años. No volví a pasar un mes de verano en casa de mi tía, con mis primos.

He ido a visitar una exposición póstuma de fotos inéditas de Julio Herrera. Me reconozco niña, joven, leyendo, durmiendo, sentada en el sofá, jugando con mis primos… En bañador alrededor de la piscina o nadando… Fui como una obsesión inconfesable para él… Hoy las cámaras de fotos son digitales y las fotos no necesitan revelado ni virador. Los asistentes me miraron extrañados cuando comencé a reír.

 

 

 

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