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La pobreza, la gravísima herida del mundo


La pobreza se manifiesta en el hambre y la malnutrición, en el acceso limitado a la educación y otros servicios básicos (agua potable, saneamiento, techo, ropa, medicinas…), en la falta de renta, en la exclusión social y en la falta de participación en la adopción de decisiones. La pobreza extrema es la llaga más extensa y profunda, yo digo que “incurable”, de la miseria, ya que “en este mundo de información, de técnica, refiere Gustavo Gutiérrez Merino, el pobre está marginado del circuito económico”. La indigencia intensa es la enfermedad más mortal que padecen un sinnúmero de personas en el mundo, es decir, que no tiene lo necesario para vivir dignamente o la privación de las capacidades básicas en el ser humano.

            De esta manera, se considera que las causas de la pobreza son: la guerra, la esclavitud y las invasiones, es decir, la situación de pobreza que vive una parte de la población mundial, especialmente en los países del sur, es un fenómeno que se fue desarrollando durante diferentes periodos de la historia.

            Las grandes multinacionales, para su avance constante, utilizan mano de obra y recursos baratos de naciones del tercer mundo, empobreciendo aún más a las personas que vienen a países súper desarrollados para trabajar y vivir dignamente.

            Son factores de riesgo que favorecen la pobreza: la corrupción, el cambio climático, las enfermedades y epidemias, los conflictos armados, la falta de igualdad entre mujeres y hombres, las desigualdades en el reparto de recursos, el crecimiento de la población, el desinterés total de las naciones del primer mundo por acabar con la pobreza, el despilfarro de alimentos, etc.

            Tres son los elementos que nos sirven para determinar que un país se halla en la pobreza. Me refiero a la alimentación, a la salud y a la educación. Si faltan estos tres factores o alguno de ellos, los habitantes de cualquier nación, que no tienen los componentes ya expresados, se encuentran en la pobreza más absoluta. Por consiguiente, es sumamente necesario hallar un equilibrio entre los países más y menos desarrollados. Si no se da esta armonía, es debido a que una nación recauda más de lo que entrega a la otra. No olvidemos nunca que “erradicar la pobreza, manifiesta Nelson Mandela, no es un acto de caridad, es un acto de justicia”.

 

 

 

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