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La buena noticia. La universidad de Málaga


         Corremos tiempos en los que se sigue manipulando la jerarquía de valores. Se rinde culto al dinero fácil, al prestigio adquirido con la mentira y la deslealtad y al poder derivado de la aplicación de la mala leche de una forma indiscriminada.

         Los informativos se surten del espionaje, el “más tú” y las agresiones y vejaciones diarias en el entorno familiar o laboral. Son muy pocos, pero suenan mucho, Mientras tanto siguen trabajando en silencio jóvenes y mayores en la búsqueda de un mundo mejor para las generaciones venideras.

         En medio de esta dichosa pandemia, en la que muchos se están enriqueciendo, otros imponiendo su ideología política y la mayoría defendiéndonos como gatos panza arriba ante el temor a caer víctimas de la contaminación derivada de esos “privilegiados” que siguen celebrando fiestas privadas en las que corre el alcohol, otras sustancias y los virus sueltos entre tanto indeseable; en medio de este monumental lío, han comenzado las clases y los investigadores siguen estudiando el maldito bicho para cargárselo.

      Aquí surge mi buena noticia de hoy, un grupo de esforzados investigadores y voluntarios, se aprestan cada día a la búsqueda de esa vacuna que nos libere de esta situación. Gente que no se considera VIPS, que perciben sueldos mileuristas y realizan jornadas interminables. Lo mismo que esos profesores de universidad que no reciben la remuneración ni el agradecimiento que se merecen. Que pacientemente se tiran años soñando con un puesto fijo acorde con sus merecimientos.

         Al mismo tiempo, jóvenes extraordinariamente preparados, con una inteligencia impresionante, se matriculan en carreras que les conducen a unos oscuros puestos en la enseñanza o en la investigación. Nos encontramos con notas de corte muy altas para las carreras sanitarias y para ¡las matemáticas! Tengo un nieto que se ha matriculado en esta última disciplina con casi un 12 de nota.

        La buena noticia de hoy la presentan esos miles de alumnos que se van a embarcar en la aventura de dedicar un mínimo de seis años de su juventud, a prepararse para formar parte de una generación más culta y más solidaria que la que les hemos dejado nosotros. También son buena noticia los docentes. Desde los que atienden a guarderías, hasta los directores de tesis. Gentes mal pagadas pero felices de poder vivir su vocación.

         Todos ellos me han venido a la memoria al ver unas fotos que me han trasladado a aquellos maravillosos años en la Universidad.

 

 

 

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