Publicidad

El Copo. A la deriva


No es que un servidor sea un gafe, sino que poseo un fino olfato que me permite augurar que vamos camino de una catástrofe sanitaria, otra económica y la más grave, la social.

         Esta percepción comenzó a anidar en mí una mañana que vi y escuché al presidente del “Sindicato de Inquilinos” en una entrevista, pienso que fue en la Sexta, decir que convocaba a huelga a sus afiliados; preguntado al respecto en qué consistiría tal movilización, contestó inmutable: dejaremos de pagar nuestros alquileres.

         Desde hace algún tiempo observo como los llamados “okupas” invaden “porquesí” viviendas que no son suyas y que se niegan a desocupar mientras los propietarios acuden a jueces y policías que, parece ser, no pueden hacer nada.

         Es por ello que se han creado “empresas” de fornidos y tatuados personajes que “recomiendan” el desalojo de las casitas en plazos de dos o tres días previo pago de una módica cantidad; parece que la cosa da resultado en breve tiempo.

         Con un abanico para aligerar los calores, la líder de “Adelante, Andalucía” piropea al Rey Emérito con el apodo de “pichabrava”, que, aunque pueda venirle como anillo al dedo, no es la forma más correcta en que una política debe dirigir sus dardos críticos.

         Para ello, para crítica, la que hace el pomposo ministro de Trabajo, señor Garzón, que ha asegurado que el auténtico problema no es el hombre, sino la institución, o sea, la monarquía parlamentaria y la Constitución.

         Parece abocar todo a un deseo de cambio de régimen, pero este es un tema que se merece unos doce copos; y la verdad es que uno, por mor del telele vírico, tiene puesto el bozal.

         Hasta que me deshaga de él, todo llegará.

 

 

Comentarios
  • Manuel Radríguez

    14 August 2020

    Pepe: En tu copo tocas dos asuntos candentes en España. Un estado de derecho se caracteriza, entre otras muchas cosas, por el respeto y defensa de la propiedad privada. Es así que en España no se respeta con los okupas, ergo, España no es un estado de derecho.
    Juan Carlos I, le ha prestado un gran servicio a España. Sus veleidades y negocietes de los últimos años no deben utilizarse como punta de lanza para derribar la monarquía. Su carácter parlamentario, le otorga una función representativa. Por otra parte la naturaleza de la institución garantiza su continuidad cuyos titulares, desde que nacen, son preparados para tan difícil misión.
    El balance de la vida y servicios del emérito arroja un saldo muy favorable que todo español de bien y buena memoria debe reconocer y agradecer. Su sucesor tiene una trayectoria impecable y es de esperar que la tenga su heredera. Tu visión de los problemas de España es paradigmática. Perdona la largura pero no he sido capaz de sintetizar mi comentario. Un fuerte abrazo y sigue cuidándote e impartiendo tu magisterio.

Añadir comentario
- campo obligatorio (*)

Normas de uso
  • Esta es la opinión de los internautas, no de El Faro de Málaga
  • No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • Reservado el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.