Memoria biográfica II: El desarrollo

Después del estancamiento de la post guerra, se hacía imprescindible, y urgente, mejorar el nivel de vida del pueblo español sin el cual, todo desarrollo, era imposible. Los técnicos que pilotaron el proceso que condujo al “milagro económico español” eran conscientes de que la mejora solo podría venir por estos caminos:

a)            Aumento del número de horas de trabajo bien por incremento de la población activa o el número de horas de trabajo.

b)            Aumento de la eficacia del trabajo.

En España se pusieron en marcha los dos: El a) con el pluriempleo y la incorporación paulatina de la mujer al trabajo fuera del hogar y el b) con el aumento de la productividad.

Como se ha dicho, en los años cincuenta, después de los llamados Acuerdos de Madrid de 1953 entre USA y España, en nuestra nación se produce una revolución interna y silenciosa tendente a tecnificar nuestro tejido productivo en todos sus niveles y especialidades. Se reestructuran las enseñanzas medias, se potencian las Escuelas de Formación Profesional que curso a curso van lanzando al mercado laboral especialistas de gran preparación, muchos de los cuales triunfan en el extranjero en la reconstrucción de Europa. Sirva de referencia que en España y el resto de Europa se celebraban concursos de Formación Profesional, de tipo provincial, regional y nacional que luego se extendía al plano internacional. Muchos españoles fueron campeones internacionales uno de los cuales, malagueño y ferroviario él, fue después alumno mío. 

En España se produce una eficaz y fuerte voluntad de resurgimiento.

En esos años, España es admitida en la UNESCO primero y la ONU, después. Es el espaldarazo para iniciar una nueva etapa hacia la normalización y reconocimiento internacionales.

Además de lo reseñado, en septiembre de mil novecientos cincuenta y ocho el Ministerio de Industria constituye en su seno, con carácter permanente, la Comisión Nacional de Productividad Industrial que diseña cursos de formación para trabajadores, mandos intermedios, técnicos….., ofreciendo material didáctico en una serie de publicaciones  que “brinda a la empresa española y al estudioso de los problemas de dirección”. El propósito de esta Comisión se puede sintetizar en esta frase tomada de uno de sus textos: “No debemos perder nunca de vista que nuestro verdadero objetivo es la elevación del nivel de vida, no la elevación de la productividad en cualquiera de sus aspectos (trabajo, capital, etc.). La elevación de la productividad, objetivo inmediato, es para nosotros , sólo un medio para alcanzar la deseada elevación del nivel de vida”<a >(*)</a>.

Asimismo, en 1955, y dependiendo del Ministerio de Industria se crea la Escuela de Organización Industrial con el objetivo de formar directivos de la empresa privada y de la Administración. 

La formación de las personas es, junto con otros factores, el subsuelo donde asentar nuestro desarrollo.

Desde el punto de vista personal he de decir que tuve la suerte de asistir, en el primer semestre de 1964, a un curso  de mandos intermedios, de seis meses de duración, y cuatro horas diarias, durante seis días a la semana, impartido por profesorado experto, y muy competente, que nos condujo por sendas provechosas. A su término incorporaba a mi caletre intelectual conocimientos a los que, a lo largo de mi vida profesional, exprimí su extraordinario jugo. Financiado por el FNPT (Fondo Nacional de Protección al Trabajo) se desarrolló, fuera de la jornada laboral, en la Escuela de Maestría Industrial de Málaga.

La acreditación de haber superado el curso, debidamente enmarcada, está firmada por personas relevantes, en aquellos tiempos, de la docencia y la técnica de Málaga: D. Jesús Marín Tejerizo. D. José Mª Alonso Pedreira y Don Alfonso Comín Ros. (Continuará).   

(*) Mejora de métodos de trabajo. CNPI. Ministerio de Industria. 1962