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Una causa primigenia


El humor y el sufrimiento, las emociones y las preocupaciones… aparecen y discurren por la vida de las personas, desde las que están en los subterráneos del género humano hasta las que se encuentran en la cúspide, entremezclándose unos con otras, tan soberbia y férreamente, que ya nacen incontrolables.  ¿Quién puede manipular a su antojo el carácter y el ingenio, o el dolor y la conformidad, o las emociones positivas (salud, bienestar, fortaleza…) y negativas (enfermedad, tristeza, desgracia…), o el desasosiego, o la inquietud, o la taciturnidad…? En circunstancias normales, cuanto más anduvo la persona por el tiempo universal, menos poder tiene sobre su yo y los acontecimientos que le sucedieron y continúan acaeciendo al transcurrir el tiempo. A veces, lo vital negativo se aposenta tan enraizadamente, en determinados individuos, que estos fueron creando de forma inconsciente, al cien por cien, y, paulatinamente, mientras caminaban, una coraza psíquica que les permite vivir o sobrevivir, en definitiva, luchar contra las adversidades.       

De todo ello se deduce, que cualquier proceso o situación placentera para su mente le repercute positivamente en su cuerpo o materia, pero si es causa de dolor y sufrimiento e introversión, este impacto psíquico puede somatizarse y dañar, con menor o mayor severidad, al organismo.

Está científicamente estudiado y comprobado que las personas tienen unos mecanismos, con los cuales determina si lo percibido es favorable para su supervivencia o no. Tales mecanismos son las emociones.

La emoción es una respuesta inmediata del organismo que informa al sujeto del grado de favorabilidad o no favorabilidad de un estímulo o situación. Si la situación favorece a su vida o supervivencia, experimentará una emoción positiva (alegría, satisfacción, deseo, sosiego, paz etc.), pero si el acontecimiento o el estado le es negativo, la emoción también lo será, impregnándolo de tristeza, desilusión, pena, ansiedad…   

La influencia de las emociones negativas sobre nuestro organismo (somatizaciones) merece, en beneficio de la sociedad mundial, que se investigue profundamente, en el presente y en el futuro, por expertos en la materia, en especial, en aquellos países más desarrollados en investigaciones médicas. Solo así se podrá iluminar la oscuridad que envuelve a este sinnúmero de somatizaciones a partir de una serie de irregularidades en las directrices mentales de las personas.

 

 

 

 

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