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El Copo. Envuelto en la niebla


Existo, pero ya no soy. Tampoco vale la pena seguir existiendo.

El cristal de la ventana no tiene vaho, éste se encuentra en mis ojos y todo lo veo como una extensa lágrima que inunda mi ser.

El dolor me atenaza, cualquier movimiento que hago conduce a él. “Me duelo yo”, escribí este pentasílabo hace años; era una sutil secuencia de un poema triste, no confundir, por favor, con un triste poema.

Cualquier movimiento que realizo está ordenado por el poder.

Tampoco pienso por mí. No tengo ningún interés en vivir en la “nueva realidad” que se anuncia hora tras hora, día tras día y rueda de prensa tras rueda de prensa. Reniego de ella, de la sutil imposición que me proponen.

Hoy he vuelto a pulsar las teclas añoradas que certifican la palabra libertad.

Mañana haré otro esfuerzo para incorporarme a la tarea.

Que lo consiga, o no, solamente depende de mí.

Me daré ánimo.

 

 

 

Comentarios
  • Javier de Molina

    22 May 2020

    Sigues sorprendiéndome en cada escrito y sigue gustándome todos tus escritos. Eres el sol que disipa la niebla. Un abrazo.

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