Señor presidente Pedro Sánchez:
Le van ganando los macabros acontecimientos de este maldito Colvit-19 y es por ello que se asoma, últimamente, con demasiada frecuencia a la pantalla televisiva para conquistar nuestras voluntades haciéndonos creer que se están haciendo las cosas muy requetebién.
Sin embargo, el problema se encuentra en cuándo debieron realizarse esas acciones; llegó usted y los más allegados -la panda de ministros y ministras- tarde a prevenir lo que hoy ya es una epidemia total en España.
Se creyeron los reyes del mambo, o sea: totalmente capacitados para prevenir la mortífera pandemia que padece. Ayer noche salió usted al plasma con veinte minutos de retraso sobre el horario fijado, justamente a la hora que la Sexta iniciaba su “gran programa político” y con ello lograba evitar la prevista “cacerolada” que sí se produjo. Hace un rato vuelve usted a darnos nuevamente la matraca con su “generalato” no compartido con nadie.
Sé que familiarmente, como otros muchos miles de españoles, lo estará pasando mal, muy mal, pero todo ello no es motivo suficiente para esta tomadura de pelo e intento de parcheo cuando el grano ha salido de madre.
Una cosa le digo: “no se le ocurra dimitir” para pasarle el acto del troleo, que tan bien ejecuta, a alguno de sus subalternos porque lo harían lamentablemente peor que usted, me refiero a la que portaba la gorrilla el 8-M, viceprimera, al que se salta la cuarentena cuando le sale de los cataplines, vicesegundo… y así hasta llegar al de las maquinillas de los bares o al señor de las Universidades.
Ni se te ocurra, Pedro.
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