La noticia hoy, en esta tierra de mar y monte, no es que Pedro Sánchez haya sido multado por la Junta Electoral Central con 500 euros por hacer propaganda electoral desde su residencia en La Moncloa y a la ministra Celaá con 2.200 “pelotazos” por hacer lo mismo desde un cargo institucional.
Tampoco lo es -aunque sería muy divertido- el rumor mal intencionado o no, vaya usted a saber, sobre la posibilidad de que M. Rajoy pueda optar a la presidencia de la Real Federación del Fútbol español.
Mucho menos -sería de risa- que el Tribunal Supremo haya inhabilitado a Torra de su acta de diputado y, adherido a ello, su cese como presidente de la Generalitat; eso se lo pasa el señor Quim por el mismísimo forro.
Que el eurodiputado Puigdemont haya solicitado al presidente Pedro Sánchez estar presente en la famosa “mesa de negociación” rodeada por Quim y Pedro creo, con total seguridad, que nadie se ha coscado de ello; ni falta que hace.
Estos pequeños detalles, como tantos otros, al personal de a pie les importa un comino, por no decir nada de nada; al menos hoy.
Y es que hoy, en la “madrugá”, en este “ciudad que todo lo acoge y todo lo silencia”, Málaga, ha caído una granizada que ha cambiado la vida de numerosos niños, niñas, hombre, mujeres, ancianas y ancianos que han visto como un manto blanco de granizos embellecía las calles y plazas para jolgorio de los primeros.
Mañana hablaremos de su deshielo… o no.
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