Mientras “Lola” sigue mutis e Iván alcanza más poder en La Moncloa, la vida -esa lucha que para muchos es conseguir algo más de “money” para sobrellevar mejor este angosto caminar- transcurre sin grandes sobresaltos.
Así las cosas y confiando en que algún día la política nos conduzca a confiar algo más en ella, el parlamento de Cataluña, ese lugar donde se vulnera la ley con pasmosa facilidad, ha aprobado sus nuevos Presupuestos en los que se contempla las cantidades para hacer feliz a la ciudadanía.
Resulta que en ellos, como el que no dice nada, estaba estampado un aumento de sueldo para sus “propietarios” que, “lógicamente”, ha sido aprobado con el voto a favor de los independentistas de Juntos por Cataluña -el personal de Puigdemont-, Ciudadanos y el PP, o sea, la derecha en bloque, añadiendo a ella la mesurada y simplona abstención de la izquierda, a saber, los amigos de Iceta, los “compis” de Rufián y los antisistema de las Cup; a saber, todos menos los podemitas de Ada, un “bello” gesto que los salva.
Salva a todos su astucia para saltar melifluas barreras ideológicas al calor de la plata bien fundida.
No será un servidor el que los tache de incoherentes, pues gracias a todos y todas -incluido el ministro de Cultura- he sido agraciado, por mi perseverancia en seguir existiendo, con un 0,9 por ciento de aumento en mi enclenque pensión.
Normas de uso