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Resurrección


Quizá sería el jueves 13 de Noviembre de 1975 cuando la revista Sábado gráfico, que dirigía el periodista Eugenio Suarez, publicaba en su portada, la fotografía ecuestre de Franco con el rótulo: “Con el pie en el estribo”.

Supongo que el titular lo habría tomado de la última obra de Cervantes: “Los trabajos de Persiles y Segismunda”, dedicada al Conde de Lemos, en la que dice:

Puesto ya el pie en el estribo,

con las ansias de la muerte,

gran señor, ésta te escribo.

Siete días después, el jueves 20 de Noviembre de 1975, se daba la noticia de la muerte de Franco. Yo, acostumbrado a madrugar, lo supe sobre las cinco y media de la madrugada. Al levantarme y conectar el transistor oí música fúnebre y me dije: ¡Ya se terminó! Una especie de “Consumatum est”. Luego ocurrió lo que ampliamente está en las hemerotecas. Tres años después, contra todo pronóstico, votábamos un nuevo Estado amparado en la Constitución del consenso.

Franco quedó enterrado bajo una losa de granito, de tonelada y media, recordado de tarde en tarde por algunos nostálgicos. Pero hete aquí que, lo que estaba enterrado y bien enterrado, una mente “privilegiada”, lo “resucita” colocándolo en el candelero de la noticia. Así: prensa escrita, digital, TV, radios y todo medio que se precie, una y otra vez, lo traen de acá para allá haciéndolo resurgir, y como ave fénix, renace de sus cenizas. 

La historia es la que es, y como dice Ortega, constituye “el sistema de las experiencias humanas que forman una cadena inexorable y única”. Su manipulación debe ser declarada crimen de lesa humanidad; porque, según el mismo Ortega “el hombre no tiene naturaleza, sino historia”. En su virtud, manipulando la historia se manipula al hombre.

El tufo electoralista de exhumar los restos de Franco de su tumba, es evidente. La “urgencia” de su cumplimiento después de más de cuarenta años enterrado, es perceptible. Que con ella se pretenda conseguir rédito electoral, es palpable. Sin embargo puede volverse en contra de quien se le ocurrió tal decisión.

En cierta ocasión, en estas páginas, amparado en la ley  de Lenz, postulé la siguiente ley social: "Cuando varía el flujo que atraviesa una sociedad, esta reacciona de tal manera que se opone a la causa que produjo la variación". En su virtud se puede derivar un efecto muy contrario al deseado y buscado.

Si tal ocurre, o no, el tiempo lo dirá.

 

Notas:

Resurrección: Renovación de algo que había disminuido su actividad o que había perdido actualidad, o de alguien que estaba decaído física o moralmente.

Resurgir: Volver a aparecer.

 

 

 

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