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El segmento de plata. Manzana, cuchara, bicicleta


    Como todos recordarán, esta frase dio título a una película que recogía los diversos estadios de este padecimiento, vividos por el ex presidente de la Generalitat y exalcalde de Barcelona Don Pascual Maragall.

   En dicho filme se recoge el proceso seguido por el brillante político catalán, durante dos años de seguimiento de su vida personal y familiar, así como del deterioro cognitivo que va sufriendo. Fue un testimonio valiente, sincero y divertido de cómo afrontar una enfermedad neurovegetativa que nos amenaza a los mayores.

   Según los expertos en España hay más de 800.000 personas diagnosticadas de Alzheimer y en el año 2050 se puede doblar esta cifra. El proceso de esta enfermedad se puede dilatar durante quince años y el mayor problema que lleva consigo es la necesidad de continua atención por parte de los familiares. (Datos de la Fundación Alzheimer Cataluña).

   Como uno se encuentra en el grupo de riesgo, y como me olvido de muchas cosas y pierdo más todavía, no he dudado en acercarme a un centro adecuado donde, después de explorarme, me firmaron sin problemas la ITV mental. ¿Por qué tome esta decisión? Porque tengo tres personas muy cercanas, dos hombres y una mujer que han caído en las redes de esta puñetera enfermedad. Ellos son felices –a su manera- pero crean un estado de ansiedad en sus familiares y la necesidad de ayuda para sobrellevar esta situación. Uno de ellos unas veces te conoce y otras no, otro me preguntaba hace unos días en un almuerzo que donde estaba, mientras comíamos en un restaurante habitual. Otra no sabe si ha comido o no, si ha dormido o no y si se ha aseado o no.

    Les cuento estas historias porque creo que nos competen también a los amigos de los enfermos. Debemos liberar a los familiares en algunos ratos y trabajar las neuronas del paciente con mucho cariño, sensibilidad y dedicación. Cuando se les ayuda un poco, sobre todo en los inicios, se consigue frenar el avance de la enfermedad.

     Recibimos con esperanza la noticia, publicada estos días (entre otros en el Diario Sur), sobre  el descubrimiento de la aplicación por un grupo de investigadores españoles y norteamericanos de un tratamiento para dicha enfermedad, basándose en un fármaco anticoagulante oral de acción directa. Hasta ahora el experimento realizado con ratones ha conseguido retrasar la aparición del Alzheimer en los mismos. En dicho proceso los animales no experimentaron pérdida de memoria ni disminución en la circulación cerebral. “Esta terapia experimental es un avance en la búsqueda de un tratamiento eficaz para una enfermedad que afecta a más de treinta millones de personas en el mundo”.

     Insisto, a nosotros, los parientes o amigos, mucha delicadeza y un poco de dedicación extra a esta parte de la sociedad que sufre una de las consecuencias del aumento de la esperanza de vida. El ser humano tiene una fecha de caducidad que vamos alargando con la medicina y la cirugía. Pero el cerebro está casi por descubrir.

 

 

 

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