Tras catorce días de loca feria, salpicada por un terral infernal, parece que Málaga, “la ciudad que todo lo acoge y todo lo silencia”, recobra la calma y sitúa a sus habitantes cerca de la normalidad.
Pero nos llega Sánchez, tras su estancia en Doñana y su fugaz presencia en tierras de Canarias, para reunirse con diferentes “Asociaciones de Memoria Histórica” y saber de sus problemáticas para incorporarlas al programa socialista ante la posibilidad de nuevas elecciones generales.
Volverán las cunetas, los “buenos” y “malos”, las historias intrafamiliares contadas alrededor de una mesa de camilla; pero la Historia permanecerá ausente.
Normas de uso