Veo bien, siempre que no se pierdan las formas, que cada quisque manifieste su personalidad siempre que no asuste al diferente.
A un servidor, camino de los ochenta y cuatro tacos de existencia, pocas cosas pueden asustarme cuando la jodida parca está tan cercana; pero que un “señor” socialista muestre su peludo culo a las bravas no deja de ser una clara indecencia.
No sé si su interés por salir del armario era dar a conocer semejante trasero en una noche de “orgullo”, pero si así fuese ha dejado al señor Marlaska, ministr@ del Interior, con su culillo al aire.
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