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¡Presos políticos, no, políticos presos!


En un viaje reciente a Barcelona, el salón del piso donde residía daba a un amplio patio. En una de las terrazas del edificio de enfrente colgaba, bastante descolorida por el sol, la bandera independentista catalana con sus cuatro barras rojas sobre fondo amarillo en uno de cuyos lados, el triángulo oscuro con su estrella de cinco puntas. A su lado colgaba, del mismo balcón, una pancarta en la que se leía la consabida, repetida y remarcada falsa leyenda: “Libertat presos politics”.

La falsa leyenda de la pancarta lo es, porque es falso de toda falsedad que en España haya presos políticos. Los presos, lo están, por la comisión de algún delito. Si el preso ejerce la política, será un político preso, que no es lo mismo; y no lo es, porque España es un estado de derecho y al serlo los que están presos, cualquiera que sea su ideología política, es por haber infringido la ley. En tal caso, la pérdida de libertad lo será por sentencia firme o por estimar los jueces, que instruyen el proceso, potencial riesgo de fuga.

Tal medida preventiva, se ajusta a derecho por cuanto copartícipes de los potenciales delitos que se juzgan, se fugaron. Como  el peligro potencial de fuga es real y avalado por hechos probados; mantener en prisión a los acusados, parece necesario, como ha ocurrido tantas veces con otros quebrantadores de la ley.

Los hechos juzgados están vistos para sentencia y hay que esperar el veredicto final.

España es un estado de derecho en plenitud. En consecuencia, la ley es ley para todos. Y hay que cumplirla. Si no nos gusta, cualquier ley puede cambiarse, incluso la Constitución usando, claro está, los procedimientos que el derecho establece. Los mandatarios políticos, además de cumplirla por sí, han de hacerla cumplir a los demás de ahí que, su incumplimiento, en ellos, revista mayor gravedad.

Tanto los políticos catalanes presos, como los fugados, incumplieron la ley; por tanto, delinquieron.  Además, como lo hicieron a sabiendas, prevaricaron. La importancia de su delito la establecerá el tribunal competente mediante la sentencia derivada de los hechos y testimonios aportados. Sentencia recurrible, como todas las sentencias, característica del estado de derecho en el que vivimos.

Los independentistas repiten sin cesar, machaconamente, lo de  “presos políticos”, calando en el lenguaje de los medios, y de la gente, tal falsedad. No caigamos en la trampa. Los presos lo son por considerar los jueces que han delinquido y existe el riesgo de fuga. Nada más, pero nada menos.   

Sé que todo está más que dicho pero, la visión de la pancarta me ha suscitado la reflexión expuesta.

 

 

 

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