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La cultura de la vida


    La vida en nuestro moderno mundo tiene cada vez menos valor, ya llevamos bastantes años en los que se han desarrollado iniciativas en contra de ella y se   extienden a más países,  el PSOE vuelve a incluir la eutanasia en su programa electoral, sin que sepamos que exista demanda social sobre este asunto.

    Esto no es nuevo, pero ¿Cuándo cambia el respeto a la vida en nuestras sociedades? Hasta el siglo XIX  la tradición judeo cristiana la respetaba, pero es a partir de esas fechas, cuando los planteamientos Darwinianos señalan que  el hombre procede del mono, y como consecuencia se considera al ser humano como un ente desprovisto de esa trascendencia que tenía antes.

    Hay ya unos antecedentes que son poco conocidos que influyen en esta consideración del poco valor de la vida.

     A principios del siglo XX se produce el genocidio de los Hereros, sucede en África del Sudoeste, que perteneció a Alemania como consecuencia del reparto colonial entre las grandes potencias europeas realizado entre 1.904 y 1.907.

     Los hereros eran unas tribus que residían en estos territorios que fueron ocupados por los alemanes, los colonos de este país se apropian de sus territorios y se produce una revuelta de estos contra los alemanes.

     El general alemán Lothar von Trotha al frente de sus tropas los derrota en  la batalla de Waterberg y los persigue hasta el desierto de Omaheke, murieron entre 24.000 y 65.000, que venía a ser el 50% de su población, las causas de su muerte fueron tres: la muerte por inanición, el envenenamiento de los pozos utilizados por estos y el acorralamiento de los mismos en el desierto de Namibia, a los que encontraban los ejecutaban de inmediato.

   Durante este periodo  se inauguró el Campo de exterminio de Shark Island, allí se calcula que murieron unos tres mil hereros, se han considerado estas instalaciones como el primer campo de exterminio de la Historia.

   El gobernador de estos territorios, Leutwein, estuvo en contra de este genocidio pero al no tener real autoridad sobre Trotha, acudió al emperador Guillermo II argumentando que las acciones de Von Trotha eran "contrarias a los principios humanitarios y cristianos, económicamente devastadoras y perjudiciales para la reputación internacional de Alemania.

   Pero se produjo una declaración que produjo un gran asombro: ". El Imperio Alemán defendió inicialmente sus acciones ante el mundo argumentando que el pueblo herero no podía ser protegido en virtud de los Tratados de Ginebra, ya que según el gobierno alemán los hereros no podrían ser clasificados como humanos sino como sub-humanos.”

    Este genocidio apoyándose que los hereros no podían ser considerados como humanos sino como  sub-humanos marca un antes y un después sobre el escaso valor de la vida que empieza a imponerse a principios del siglo XX, fruto de todo ello aparecen entre otros el racismo y el antisemitismo, que han producido a lo largo del siglo XX millones de muertos.

   Como sabemos surgieron después los campos de exterminio en la Alemania Nazi para eliminar además de los judíos a gitanos, discapacitados…, y en otros países han sucedido cosas semejantes.

    El desarrollo de este nuevo “humanismo” ha establecido como algo normal   múltiples decisiones que van  desde la esterilización que se hizo por ejemplo en el Perú con las comunidades indígenas, el aborto, el suicidio asistido, la eutanasia,, ….

   Actualmente, gran parte de la sociedad europea, considera  la cultura de la muerte como algo natural, se ha despreciado, fruto de ese Darwinismo social, la cultura de la vida

   Ernst Bloch era un filósofo marxista, vivió gran parte de su vida como profesor en Alemania del Este, aunque después se marcha pues vive la experiencia de una profunda negatividad que aprecia en la civilización actual en su conjunto.

    Sin embargo este desencuentro es un gran estímulo para sus pensamientos, desarrolla una filosofía de la esperanza que plasma en una obra con este mismo título.

     Bloch se mueve entre el cristianismo y el judaísmo y propone una alianza entre el marxismo y el cristianismo, descubre en este último la persistencia de la esperanza, critica incluso de modo particularmente agudo las condiciones deshumanizadoras a lo largo de la civilización europea.

    También señala que “el cristianismo es altivez y voluntad de no dejarse tratar como ganado” que es lo que ocurre en nuestra sociedades manejadas por poderosos medios de comunicación que nos llevan a un empobrecimiento cultural enfocando a la ciudadanía a un modelo de pensamiento políticamente correcto.

    Ha aparecido un movimiento europeo protagonizado entre otros por parlamentarios de la Comunidad Europea, está formado además por intelectuales que han creado la “One of Us” (cualquiera de nosotros), exigen a las instituciones comunitarias que garanticen la protección de los seres humanos desde su concepción en áreas de competencia de la Unión Europea, dada la crisis de valores que hay en nuestra sociedad.

  No sé cómo acabará nuestra sociedad en los próximos decenios, no lo veré, pero quisiera ser optimista.

 

 

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