La mala suerte sobrevuela mi persona porque valiente día he escogido para reiniciar por cuarta vez mi comparecencia ante ustedes, precisamente cuando nace la figura de “el relator” entre los veintiún puntos acordados entre Torra y Sánchez allá por diciembre del pasado año.
Carmen Calvo, vicepresidenta famosísima por aquel decir “el dinero público no es de nadie”, en tiempos de Zapatero, hoy ha sido asunta por Sánchez al estrellato de la verborrea por intentar explicar cual es la función del relator en la conversación que se producirá entre partidos políticos catalanes.
Ya sabemos que la función de tan enigmático personaje será realizada “por amor al arte”, algo que debe ser valorado, dado los tiempos que corren en que todos andan, andamos, lampando por una jugosa limosna.
Ya han dejado de importar Congreso, Senado y Parlamentos regionales; aquí lo que importa es la figura del relator, aquel hombre o mujer, designado para relatar lo sucedido; claro que para tal medida se encuentran los que transcriben y no lo que relatan que, a veces, mienten como bellacos o bellacas.
Lo cierto es que la figura de tan extraño personaje se ha convertido en un verdadero tsunami que traerá consecuencias políticas de gran envergadura; de momento por los madriles el próximo domingo se concentrarán un buen numero de ciudadanos a la llamada del batiburrillo de derechas del país, a saber: PP, Ciudadanos y Vox, todo ello impulsado por el autor del libro “Manual de resistencia”, ya saben.
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