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La maldad y las personas tóxicas


      Todos los días nos desayunamos en la prensa con noticias de todo tipo sobre personas que han realizado actos horripilantes: asesinatos, violaciones,….

     Hace ya unos cuantos años, a final del siglo pasado, me llegó un caso de un niño de siete años, cursaba educación primaria, los padres trabajaban y tenían un buen nivel socio  cultural pues poseían estudios de tipo medio y no había problemas en su matrimonio.

    La causa de la consulta era que habían observado en el niño conductas  muy crueles, me contaron que había ahorcado a un gato que tenían en la casa y anteriormente había ahogado a un Hámsters metiéndolo en el inodoro, además presentaba conductas a veces antisociales y a pesar que le reñían e incluso le habían castigado en más de una ocasión, al parecer no se sentía culpable, lo veía como un juego.

   ¿Había en todos estos actos un fondo de maldad, se preguntarán algunos? ¿La maldad existe?, pues si, las investigaciones de la neurociencia han puesto de manifiesto que las personas a las que consideramos malvadas los rasgos de crueldad se deben al cromosoma X que produce la MAO – A, que es una enzima que influye en la degradación de los neurotransmisores, en otros casos produce depresiones y otros trastornos.

   Pero no solo es necesaria la presencia de esta enzima, también es preciso que exista un ambiente que  propicie o refuerce estas conductas desde la infancia.

   La consecuencia es que muchas de estas personas se convierten de adultos  en personalidades “toxicas”, la relación con ellas, cuando no somos conscientes de su maldad, es que nos complican la vida y pueden causarnos muchos problemas emocionales y llevarnos a veces a situaciones muy difíciles.

   ¿Qué características tienen estas personas toxicas? La primera es la falta de empatía, nunca se ponen en el lugar de los demás, solo viven para ellos, carecen de sentimientos solidarios.

   Son manipuladoras, tratan de manejarnos a su gusto utilizando la mentira sin ningún problema, se meten en la vida de los demás contando aquellos chismorreos o murmuraciones  de las personas a las que tratan de perjudicar.

     Nunca alaban nuestros avances o éxitos, siempre los descalificaran, unas veces abiertamente, otras más sibilinamente para que no se note lo que pretenden.

    Una de sus características principales es su narcisismo, se consideran los más importantes y quieren que todo gire a su alrededor, se sienten muy felices de haber nacido así, se creen los más inteligentes, los eficaces,.. los demás cometen errores o no saben actuar,  piensan que están muy por encima del resto.

    Bastantes de ellos maltratan a los animales, son crueles con las mascotas y no reparan en el sufrimiento que generan en las mismas.

   Cuando es necesario hacen comentarios agresivos o degradantes, sin importarles el daño emocional que pueden producir a otras personas pues lo que tratan es crear sentimiento de inseguridad en el otro, incluso a veces humillarlas.

      Otra de sus características cuando no le salen las cosas como quieren es sentirse victimas, nunca aceptan que han cometido errores, la culpa la tienen los demás.

     Como decía Sleepy Hollow, “la maldad usa muchas mascaras, la más peligrosa es la de la virtud”, por eso a veces tienen gran influencia en los que le rodean pues dan una imagen engañosa.

     Es probable que haya muchas personas que se han cruzado con este tipo de sujetos, bien porque los tienen de compañeros en su trabajo, otras veces son vecinos, en otras ocasiones forman parte del grupo de amigos.

    Cuando los detectemos debemos cortar la relación de amistad, o tratar, aunque sea muy difícil, de señalarle que nos molestan sus conductas y que por ahí no debe de ir.

   Si esto no funciona lo mejor es alejarnos pues no puede venir nada bueno de ellos. Si nos vemos obligados a convivir por ser compañeros de trabajo o situaciones semejantes, poner límites a nuestra relación y no permitir que los traspase.

   A veces pueden cambiar estas personas cuando se dan cuenta que no son aceptados, cuando se les desenmascara y se pone de manifiesto su  actitudes antisociales, pues no son ni peores ni mejores que otros, han sido sus circunstancias personales los que les ha llevado a ser así.

 

 

 

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