La violencia

     Todos los días o casi todos aparecen en los medios situaciones de violencia, días atrás una mujer árbitro de futbol fue amenazada por un niño de ocho años que participaba en un partido que ella dirigía.

    Le dijo más o menos que la iba a matar porque no había pitado una falta, a esta mujer le afectó tanto que estaba pensando en renunciar a su carrera para la que se había preparado concienzudamente.

    El acoso escolar lleva años poniéndose de manifiesto, ya ha originado algunas víctimas, chicas adolescentes que estudiaban en un centro educativo han acabado suicidándose al no poder resistir el acoso al que estaban sometidas.

   Hemos visto en la televisión episodios de violencia protagonizados por los padres de niños que jugaban en equipos de futbol, entre ellos o con el árbitro por situaciones que han surgido durante el partido al que no se le debía dar más importancia.

   Maestros, con los que de vez en cuando me relaciono, me informan que hoy temen mas a los padres de los alumnos que a los propios alumnos, se han llegado a producir agresiones protagonizadas por estos.

   Vivimos en una sociedad violenta, esto está fuera de toda duda y así ha sido reconocida por los grandes expertos, ¿Por qué sucede?, ¿La violencia se hereda o es aprendida?.

   La violencia se aprende, no es innata, la UNESCO lo señalo en el Manifiesto de Sevilla en el que participaron diecisiete expertos mundiales representantes de diversas disciplinas científicas.

     La violencia para ellos es un ejercicio de poder, desechando el determinismo biológico que trata de alguna forma de justificar la guerra y de legitimar cualquier tipo de discriminación basada en el sexo, la raza o la clase social, la violencia es evitable y hay que eliminar aquellas condiciones sociales, económicas o culturales que la propician.

   ¿Dónde se aprende? Pues parte de las veces en la propia familia, el niño hasta que llega al llamado “uso de razón” ve pasivamente situaciones violentas en su casa,  en los primeros años está inmerso en el llamado “condicionamiento vicario”, carece de criterio para comprender estas situaciones y las acepta como normales.

   Se ha dicho que padres agresivos producen hijos agresivos, si un niño por ejemplo presencia habitualmente que su padre agrede física o verbalmente a su madre, un porcentaje de ellos, cuando se hagan adultos no lo verá mal y seguirá sus pautas.

   Pero no solamente en la familia, también la sociedad nos muestra cada día conductas violentas, hay muchos estímulos que generan violencia en los medios, las redes sociales, los grupos políticos,….

    A todo esto se añade, que se ha perdido en gran parte de la sociedad, los recursos y normas morales por la que se regía, reina una amoralidad que nos invita a hacer lo que sea necesario para alcanzar o conseguir lo que pretendemos, incluida la utilización de la violencia si es necesario.

   Las situaciones de desigualdad o el racismo para algunos especialistas generan de manera natural la violencia; la especialista Margaret Mead, en el año 1.994 manifestaba que carece de base científica de que existen razas superiores o inferiores y de que las divisiones jerárquicas son consecuencia de una selección natural, son en todo caso fruto de un largo proceso cultural.

   Uno de los factores que contribuye a la violencia es el individualismo que se va extendiendo en nuestra sociedad como una mancha de aceite, este defiende la tendencia a pensar y obrar con independencia, no respeta las normas morales o sociales, solo busca su propia satisfacción.

  Lo deseable es poner todos los medios para evitar la violencia cuando sea posible, que nunca se justifique; con alguna frecuencia, cuando se carecen de  argumentos y recursos dialecticos, se suele recurrir a la violencia.

  Estoy totalmente de acuerdo con Isaac Asimov cuando afirma que “la violencia es el último recurso del incompetente”.