Me había propuesto no faltar a la cita diaria conmigo mismo a través de estos “copos” y este lunes pasado, de madrugada, daba con mi ya magullada osamenta en el frío suelo de casa. Horas muy difíciles hasta que un buen samaritano, algo más que vecino, me aupó y logró sentarme en el Tabor del sillón de mi hogar; por siempre le estaré agradecido.
Pues resulta que el Consejo de Ministros y Ministras que preside Pedro Sánchez va a reunirse en Barcelona el próximo día 21 para hacer las “paces”, digo yo, con buena parte del pueblo catalán, esencialmente la formada por los “hijos” de Puigdemont y Torra.
Este gesto de idiotez que ellos ven de mala manera nos va a costar al resto de ciudadanos españoles un ojo de la cara ya que para Carmen Calvo y compañía estén más o menos seguros se van a movilizar unos quince mil agentes de seguridad entre Mossos, Policía Nacional, Guardia Civil y lo que te rondaré por esquinas y alcantarillas.
¿Y porqué no se celebra dicho Consejo en Teruel o Algarrobo, pueblecito de Málaga? Si alguien sabe la causa real de esta anomalía metafísica que me la cuente para que mi espíritu salga algo restablecido del batacazo del lunes.
No lo duden, este pueblo, España, es una nación de pringaos.
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