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La ética y la moral en horas bajas


        Blaise Pascal, un científico y filosofo francés en el siglo XVII manifestó que “La Moral es la ciencia por excelencia, es el arte de vivir bien y de ser dichoso”.

       Desde hace muchos siglos la ética y la moral han sido los componentes más importantes de la vida humana ya que la convivencia en sociedad nos obliga a tener normas sobre lo que está bien y lo que está mal, estas han sido las reglas del juego por las que se han regido las sociedades.

    Decía Alejando Casona que “Un hombre vale por lo que construye”, nacemos vacíos de valores, es el medio el que nos hace adoptar unas formas de vida entre las que están incluidos los valores, por eso en función de donde nacemos así será nuestra vida futura, toda persona construye su vida de acuerdo a los valores recibidos, su construcción podrá ser más o menos valiosa en función de los frutos que produzca.

    Cuando vivimos de acuerdo a una escala de valores, cada vez que realizamos una acción acorde con nuestros valores, nos llena de satisfacción pues nos hace sentir bien con nosotros mismos, nos da paz.

    Desgraciadamente, desde hace bastantes años nuestra sociedad se ha desarmado de valores, el relativismo moral es el que reina, como decía Demócrito: “Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de mofa”

   Todos los días aparecen noticias que ponen en evidencia la falta de valores en que ha caído nuestra sociedad, comprobamos con estupor, por ejemplo en los políticos, como se contradicen una y otra vez en función de sus intereses, lo que ha sido bueno meses atrás después ya no lo es.

   Pero no es solamente en este campo, las redes sociales, twitter, instagram,.. son una fuente de transmisión de valores y más veces de contravalores,   cuando una persona tiene muchos seguidores aunque lo que diga pueda ser amoral o incluso disparatado se acepta como bueno.

    Y lo más grave, sus mensajes o indicaciones las siguen grandes masas de gente, nos transmiten con frecuencia las normas de las  “nuevas religiones”.

    Lo moral y lo inmoral existen pues constituyen el pegamento de la sociedad, pero pueden desaparecer cuando la escala de valores deja de ser la directriz de una sociedad; lo amoral siempre existe, no necesita nada es como el aire, es lo que queda en una sociedad sin valores.

     Actualmente algunos partidos  políticos pretenden organizar nuestras vidas incluso a veces nos dicen lo que tenemos que pensar; durante decenios desde la transición, hemos vivido sin sobresaltos ideológicos porque los políticos no han tratado de imponer sus ideas, todos hemos podido convivir en paz a pesar de tener visiones y concepciones diferentes, es la consecuencia de la libertad.

    Los buenos gobiernos son los que no se notan,  se respeta la independencia del poder judicial y más cosas como la objeción de conciencia, el derecho de los padres a elegir el tipo de educación de sus hijos, etc…..

     Cuando esto no ocurre es un indicio claro de la amoralidad de la sociedad, de que todo vale con tal de conseguir nuestros fines particulares o políticos.

    Una sociedad desarmada de valores se maneja estupendamente y más con la fuerza de los medios y esto lo saben desde las grandes empresas de publicidad hasta los políticos.

   Actualmente hemos llegado en muchos casos a lo que decía Anatole France, escritor francés al que le fue concedido el premio Nobel de Literatura: “llamamos peligrosos a los que poseen un espíritu contrario al nuestro, e inmorales a los que no profesan nuestra moral”, es decir la amoralidad es la que reina en gran parte de nuestra sociedad.

 

 

 

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