Pablo Casado está que se sale o al menos es lo que aparenta. Él y el resto de perdedores -Cospedal, Margallo “el joven turco” de la UCD, Joserra y el último de la fila- han hecho una piña para ganar las primarias del próximo fin de semana; los que he nombrado lo dicen a la clara, pero hay otros, más poderosos, que lo van aireando de forma más sofisticada, es el caso de José María Aznar, Cristina Cifuentes o Esperanza Aguirre, eso sin nombrar al todopoderoso Alcalde de Málaga, Francisco de la Torre Prados que parece olvidar las municipales de 1995 en las que la denostada Celia Villalobos -qué miedo- se hizo con la alcaldía de Málaga y revalidó en 1999 con una holgada mayoría absoluta, llevando a De la Torre de número 2 en la candidatura.
La vieja guardia renace de las cenizas para apadrinar a la derecha de toda la vida, y para amartillar la causa aparece Zapatero que, al ser preguntado sobre quién cree él que va a ganar las primarias del PP, no se define aunque deja caer que “ve más dialogante a Soraya y Casado es un retroceso”, lo que da pie a José María Aznar a decir, al ser interrogado sobre la misma cuestión, “que él no se va a definir como Zapatero a favor de Soraya…”.
Es el momento elegido para que la ultraderechista organización “Hazte oír” haga pasear su famoso autobús por todo Madrid para ir voceando que “Soraya es la candidata de Zapatero”; pues así es la política.
Si yo fuese compromisario del PP está claro que mi voto sería para Soraya, conocida por un buen amigo como “la hormiguita atómica”, pues al menos ha sabido dar batalla en ese foro que es el Congreso de los Diputados en esos debates con la oposición.
Aunque bajita, Soraya da la talla.
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