El juez D. Emilio Calatayud ha emitido recientemente otra sentencia ejemplar, ha condenado a dos jóvenes de 16 y 17 años a aprender a leer y escribir.
Habían robado cinco gallinas y un jilguero, el magistrado le pregunto si eran animalistas, pues habían manifestado que el jilguero lo habían cogido porque les daba pena verlo en la jaula.
No entendieron el término animalista, les pidió entonces que leyeran el artículo 155 del Código civil, lo deletrearon pero tampoco lo entendieron, carecían de lectura compresiva.
Estos jóvenes habían cursado enseñanza secundaria aunque parece no la finalizaron, lo que es difícil de entender cómo es posible que se les diera por superado el ciclo de primaria y pasaran a este segundo nivel. Comentaron al Juez que “habían aprobado por decreto”
Tengo antiguos compañeros que trabajan en secundaria y me cuentan a veces lo conflictivas que pueden ser estas clases, pues hay un porcentaje de alumnos que no quieren estudiar, son aquellos que carecen de capacidad o motivación para superar las enseñanza del nivel por razones diversas; un porcentaje de ellos abandona los estudios.
Hace pocos días el sindicato CSIF señalaba que el 90% de los profesores conviven con peleas, insultos y amenazas de los alumnos y la falta de apoyo de la Administración, ante este panorama son explicables estos problemas y situaciones.
El modelo inclusivo de enseñanza puesto en marcha en la década de los ochenta, cuando llega el PSOE al poder, tiene sus ventajas y también sus inconvenientes, estimo que trataba de evitar la posible marginación de los alumnos discapacitados que cursaban sus enseñanzas en centros específicos, lo grave es que se generalizó.
La consecuencia es que pasaron a la enseñanza ordinaria todo tipo de alumnos, la idea de la integración está bien, pero hay casos que no es posible conseguirlo, más que integrar lo que se hizo con determinados alumnos fue “ubicar”.
A esto se añade que se bajaron los niveles y se permitía pasar el curso aunque no superaran las enseñanzas, también hubo unos años que no se permitió el adelanto de curso a aquellos alumnos con altas capacidades, se busco como siempre un igualitarismo absurdo.
Actualmente seguimos el mismo sistema educativo en vigor, los resultados de los informes Pisa una y otra vez nos dejan en mal lugar.
Al acabar la primaria a los doce años, tenían que tener itinerarios educativos para aquellos alumnos que no han sido capaces de superar los conocimientos de este ciclo, lo que no es de recibo es que pasen al siguiente más complejo y difícil que el que no han superado.
Así les va a aquellos alumnos que no son capaces de adquirir los conocimientos del nivel y como el caso nos ocupa, salen convertidos en analfabetos funcionales: es decir leen pero no entienden el contenido de la lectura como les ha ocurrido a estos jóvenes.
Un sistema educativo como el que tienen otros países lo que debe facilitar son igualdad en las condiciones de partida, después cada uno llegará hasta donde pueda, eso sí, poniendo los medios para que estos alumnos con dificultades se desarrollen al máximo.
Aquí, años atrás, se le echaron encima al ministro Wert, cuando pretendió poner algo semejante a las revalidas, para controlar los niveles alcanzados de los aprendizajes y poder derivar a a los alumnos según los resultados.
¿Qué pasa en Europa?, en la primera etapa educativa hay doce países: Portugal, Italia, Francia, Noruega, Inglaterra, … que realizan una serie de exámenes internos y externos al final del ciclo para verificar los niveles alcanzados por los alumnos.
Al final del bachillerato países como Dinamarca, Portugal, Alemania, Italia, Letonia, Grecia, Inglaterra realizan evaluaciones internas y externas semejantes a las antiguas revalidas a la hora de expedir el título, aquí no, pasan de nivel como lo acreditan estos alumnos a los que el Sr. Calatayud los ha condenado a aprender a leer.
Esa comisión de educación del Congreso tendrá que hilar muy fino, a ver si sale un sistema educativo consensuado por todos los grupos que mejore los resultados y prevea itinerarios diferentes para aquellos alumnos que lo necesiten y así mejorar los resultados de los informes Pisa y disminuir el número de analfabetos funcionales que tenemos.
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