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El Copo. De “La Pasionaria” a Ernest Maragall


Estaría por asegurar que el hecho más impactante que viví durante mi corta pero intensa vida como Diputado en el Congreso, incluido el golpe del 23-F, fue la aparición en el hemiciclo de Dolores Ibárruri, la Pasionaria, del brazo del poeta Rafael Alberti en el acto constitutivo del Congreso democrático y que daría lugar a lo que se conoce como Cortes Constituyentes; junto a mí, con negra toquilla y peineta adornando sus blancos cabellos, se posó una parte importante de la historia de España.

                Desconocedor un servidor de las formalidades para constituir el nuevo y esperanzador Parlamento, mi sorpresa fue mayúscula cuando el Letrado Mayor anunció los componentes de la Mesa de Edad, la que daría el pistoletazo de salida a la conformación de la Mesa ordinaria tras la elección de los trescientos cincuenta miembros que conformábamos aquella historia asamblea que daría paso a la Constitución Española.

                Presidió la Mesa de Edad “La Pasionaria”, flanqueada por Rafael Alberti y un compañero de UCD cuyo nombre de acuerdo. Uno de los letrados llamó uno a uno a sus “señorías” para que fuésemos depositando en las urnas los nombres que conformaría la primera Mesa del Congreso; y así lo hicimos. Terminada la votación, Dolores Ibárruri regresó en majestuoso silencio a su escaño que, dicho sea de paso, dejó al poco tiempo.

                Ese majestuoso silencio, y mira que tenía cosas que decir y contar, contrasta con el alborotado mitin que el presidente de la Mesa de Edad del nuevo Parlamento de Cataluña, Ernest Maragall, ha largado, sin venir a cuenta y sin estar facultado para ello, a favor de los grupos independentistas y en contra del Estado, del gobierno de la nación y de todo lo que no oliera a “procés”.

                Esto lo narro a modo de enseñanza para aquellos que no conocieron los balbuceos del principio de nuestra actual democracia y para que comprueben la diferencia entre aquellos y los de ahora.

                Así fue; doy fe de ello.

 

www.josegarciaperez.es

 

 

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