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Los frutos del nacionalismo


     Acabamos de conocer que Barcelona ha perdido su candidatura para tener la Agencia del Medicamento, a pesar de ser la única, que además de reunir las mejores condiciones, ofrecía un gran edificio donde instalar la sede, hace seis meses, antes de los conflictos del soberanismo, era la favorita  para ser elegida.

   Ya están echando los nacionalistas la culpa del rechazo de Barcelona al gobierno de Rajoy, algunos dirigentes independentistas pusieron las primeras “chinas en el camino” cuando manifestaron en su día, que aunque se declarara la independencia, como Cataluña iba a seguir en Europa no habría problema.

    Ahora se descuelgan diciendo que la causa son las imágenes de la represión policial que se produjo el día 1 de Octubre, durante el referéndum, en el que se produjeron según ellos numerosos  heridos, que no hemos visto ni los partes de los hospitales que los deberían haber atendido y a la aplicación del 155 .

    El líder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Alfred Bosch también ha afirmado que el culpable es Rajoy, señalando que es el que debía de defender la candidatura de Barcelona

    Evidentemente la inseguridad que plantea el nacionalismo y la posibilidad de que obtengan nuevamente resultados favorables en las próximas elecciones ha debido influir en el resultado final, además de las otras cuestiones,  aunque se empeñen en negarlo y echar la culpa a otros, pero lo lamentable es que hay miles de catalanes que se creen este discurso.

   Nuestro alcalde propuso en su día a Malaga para albergar la sede de la citada agencia del medicamento, fue descartada en beneficio de Barcelona por la propuesta del PDeCA que apoyaron todos los grupos en el congreso, quizá si se hubiera aceptado la petición podría haber acabado en nuestra ciudad.

    Pero lo que aumenta mi estupor es el grado de cinismo del que hacen gala los dirigentes nacionalistas, se está llegando a límites inauditos, días atrás la  que puede ser la futura Presidenta de la Generalitat nos obsequió con unas declaraciones señalando que les amenazó el gobierno con el envío del ejercito y que podrían producirse muertos.

   Estas declaraciones han sido rechazadas por todos los partidos constitucionalistas, incluso el obispo de Barcelona  desmintió esta noticia.

    Mantienen la misma dinámica con la fuga de empresas, que por cierto no se la esperaban; han dicho todo tipo de tópicos y justificaciones: que se habían ido a “países catalanes”, que el gobierno estaba facilitando la salida de las mismas, etc..  llegaron a afirmar, en su deseo de aminorar las consecuencias de su nefasta deriva independentista, que una vez constituida la futura republica catalana volverían.

   También han señalado que quedan muchas más, pero las que se han marchado, que son las más importantes, su valor en bolsa según los analistas es el 40% del PIB catalán y el valor de estas empresas fuera de la bolsa asciende a 6.700 millones de euros.

   Un porcentaje de ellas, como sucedió en Quebec, no volverán aunque las aguas se calmen, pero si sigue la inseguridad se irán muchas más, Cataluña que era junto con Madrid la región más rica de España probablemente bajará lugares en el ranking con el consiguiente perjuicio para los ciudadanos de “a pie”, que son los que siempre pierden en situaciones de este tipo.

   Pero como señalaba anteriormente los nacionalistas además de mentir no han tenido reparo en utilizar cualquier medio para conseguir sus fines, por ejemplo: durante la última huelga política de días pasados aparecieron en la tele varios niños que habían colocado en una autovía para impedir el paso de vehículos.

   Se aprecia que están dispuestos a realizar todo tipo de acciones para conseguir sus objetivos, aunque después parte de ellos se “arruguen” delante de los jueces, los últimos los consejeros Jordi Turull y Josep Rull que han solicitado a la audiencia Nacional que los libere alegando que acatan las medidas del artículo 155.

   No veo por ningún sitio el “seni” catalán, ni decisiones inteligentes que podrían esperarse de esa superioridad de la que hacen gala los nacionalistas  sobre el resto de los españoles.

   Pero mi asombro es mayor cuando veo las expectativas de voto de los nacionalistas, existe una masa de población que no parece reparar en el daño que el nacionalismo está haciendo en su comunidad.

   Lo que suceda en las elecciones del día 21 es una incógnita, son los catalanes con su voto los que decidirán el futuro de su Comunidad, si los resultados favorecen a los nacionalistas, el problema será difícil de resolver, tengamos esperanza que ganen los constitucionalistas y se unan.

 

 

 

 

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