Hemos asistido a la fallida proclamación de la republica catalana, ha durado poco tiempo, ha sido como todo el proceso un autentico despropósito, no tenía posibilidad de existir porque ha nacido dentro de una gran ilegalidad y tenía un rechazo generalizado a nivel internacional.
Esta situación ha dado lugar como sabemos a la aplicación del artículo 155 que ha producido la fulminante destitución del gobierno de esta comunidad y la convocatoria de elecciones para el día 21 de Diciembre próximo.
Para un ciudadano de “a pie” como yo ha sido un espectáculo curioso y sorprendente, en un alarde de “gallardía” los diputados autonómicos han votado con papeletas cerradas que han introducido en una urna para evitar que se conozca lo que han votado y así eludir su procesamiento, también Puigdemont, a diferencia de Companys en la II republica que si lo hizo, no ha querido proclamarla personalmente y se ha refugiado en el parlamento catalán.
Sin embargo esa masa de ciudadanos que manejan y mandan a las manifestaciones, si se enfrenta a la policía en caso que esta actuara, tienen que dar la cara pues al ser detenidos son identificados y les cae el peso de la Ley.
Las condiciones que puso el ex – presidente Puigdemont para dar marcha atrás y convocar elecciones exigía la: retirada del artículo 155, inmunidad frente a futuros procesamientos judiciales para él y sus miembros de gobierno y la libertad de los “Jordy”, encerrados por la Jueza Lamela, estas eran inaceptables por cualquier gobierno serio.
Sobre esta última condición: la libertad de los “Jordy”, me produce sorpresa, ¿en qué país vive este Señor?, los regímenes democráticos se caracterizan por la independencia de la justicia y un Presidente de gobierno no puede contravenir una decisión judicial y poner en la calle a un presunto delincuente, esto se hace en las republicas “bananeras”, que es la impresión que da, a la vista de este planteamiento, lo que sería la futura republica catalana.
Los nacionalistas como señalaba en mi columna anterior no piensan, están obsesionados con su utopia, toda esa masa que sale a las calles en apoyo del independentismo no repara en el daño que esta aventura está produciendo en su comunidad: más de dos mil empresas han cambiado su sede social, algunas hablan ya de deslocalización, ausencia de inversión, bajada significativa del turismo, es la comunidad donde más ha subido el paro este mes pasado, rechazo a los productos catalanes, etc….
Lo más grave es esto último: el rechazo de los productos catalanes, creo que no debería hacerse ya que afectaría a los ciudadanos de “a pie”, pues si las empresas no venden se verán obligadas a despedir a personal y esto perjudica a todos ya que la economía está interrelacionada, hay bastantes empresas catalanas que se surten de materia prima que se produce en otras comunidades y lo que sería peor, los catalanes no nacionalistas se sentirían rechazados por el resto del país y reforzaría el mensaje de los nacionalistas señalando que España los rechaza
De seguir este proceso pueden convertir su Comunidad, que era la más prospera junto con Madrid en un erial
El esperpento ha seguido con la marcha de Puigdemont y cinco consejeros a Bruselas, buscando llamar la atención, eludir sus responsabilidades penales y seguir con su propaganda a nivel internacional, creando además un problema a este país, donde conviven en un precario equilibrio de gobierno dos comunidades antagónicas como son los valones y los flamencos .
Al final no se ha producido coalición o lista conjunta de los nacionalistas, van por separado aunque su objetivo sea el mismo, el que tiene más posibilidades de conseguir más votos es ERC, resulta sorprendente que el Sr. Oriol Junqueras, consejero de economía del anterior gobierno de la Generalitat cuya política ha producido la fuga de empresas, bancos, etc… pudiera ser el más votado, Vivir para ver.
La anhelada republica catalana no deja de ser una ensoñación, pero el independentismo no les hace pensar y es probable, que aunque parte de ellos tengan la convicción que vivirían peor en su utópica republica, sigan con este ideal a pesar de todo.
Las próximas elecciones son un gran test pues decidirán lo que va a ser el futuro del independentismo, es una gran incógnita el resultado final, esperemos que esa mayoría silenciosa vaya a votar y que sea decisiva en el resultado final por el bien de Cataluña y de España.
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