Publicidad

Radicalidad


Radicalidad, radical, radicalismo son vocablos que se utilizan con frecuencia; sobre todo en los medios de comunicación. Curiosamente, con la viveza que caracteriza los movimientos lingüísticos, el DRAE nos da dos versiones: En el lenguaje filosófico se toma la primera acepción que se refiere a lo fundamental y el lenguaje político usa en sus palabras, y en sus actos, la segunda: extremoso, intransigente. Como se ve dos formas distintas de entender un mismo concepto.

Con tales actitudes, el diálogo es imposible. Así se quebranta la concordia, imprescindible en las relaciones sociales. Y cuando falta, la concordia, se buscan argumentos, la más de las veces falsificados, para justificar lo injustificable.

Con la ley de la Reforma Política, de 1976, se inauguró un periodo ilusionado e ilusionante, en busca de una situación políticamente estable que devolviera las libertades al pueblo español. Dos años después con negociaciones, unas veces presididas por el consenso, y otras a la diabla, los últimos años lo han puesto de manifiesto, se gestó y aprobó la Constitución vigente.

Los “constituyentes” la elaboraron, no sin ciertos rifirrafes, instituyendo el estado de las autonomías con el propósito de acercar el gobierno al pueblo, confiando en la buena voluntad recíproca.

La intransigencia, la falta de solidaridad, el egoísmo, y el deseo de poder, olvidando la voluntad de concordia de años anteriores, han estado sobrevolando el panorama político español; sus nefastas secuelas han ido creciendo hasta alcanzar cotas, próximas a la ruptura de esta gran nación que es España, enturbiando el horizonte político y descomponiendo el tejido social español.

Como peligra la estabilidad del Estado, es preciso volver a la cordura, al “proyecto de vida en común”, para lo cual los políticos catalanes, radicalizados, recobren el seny, ésa percepción ponderada de la vida, al decir literario, característica del pueblo catalán, que ve la realidad con ojos sagaces. El renombrado seny conduce a tomas de posturas sosegadas realistas y no distorsionadoras.

Tal como está el patio, parece ser que será la justicia quien intentará arreglar lo descompuesto con la fractura social derivada de la intransigencia y la falsedad. Esperemos que la situación generada por la intransigencia, la obcecación y la falta de seny pueda ser conducida por buenas lindes. Que así sea.

 

 

Comentarios
    No hay comentarios
Añadir comentario
- campo obligatorio (*)

Normas de uso
  • Esta es la opinión de los internautas, no de El Faro de Málaga
  • No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • Reservado el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.