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La dislexia


        Hace pocos días me encontré con un antiguo alumno que fue confundido con un discapacitado psíquico, se alegró muchísimo de verme y me agradeció que lo hubiéramos detectado a tiempo, actualmente trabaja como ingeniero informático, fue la carrera que eligió en su día una vez resueltos sus problemas con la lectura.

      ¿Pero que es la dislexia? Es una alteración que dificulta el aprendizaje de la lectura y la escritura, pues el niño que la padece confunde letras y el orden de las mismas.

     No es una discapacidad intelectual, todo lo contrario, las personas que la han tenido, una vez reeducados, han llegado muy lejos, cito algunos de ellos pues son muchos: Leonardo da Vinci, Pablo Picasso, Marlon Brando, Harrison Ford, Tom Cruise, ……

     Mi contacto con los disléxicos fue al final de los años sesenta, el Centro de Educación Especial La Milagrosa, durante años fue un cajón de sastre, pues nos enviaban cualquier alumno que tuviera alguna dificultad escolar, los disléxicos eran unos de ellos.

    Al final de los años sesenta en los que se empezó a trabajar con los discapacitados psíquicos tuvimos mucho que aprender, yo fui a un curso que se celebró en Barcelona sobre la dislexia y su reeducación en el año setenta.

   Esta dificultad era conocida como el “síndrome de los hijos de los embajadores”,  la razón era muy simple, si el disléxico tenía dificultades para aprender a leer y escribir, al estar fuera de España y hablar el idioma materno en la  casa y el idioma del país donde estaba la embajada en la escuela o en su relación con otras personas, la situación tenía aún peor solución pues las dificultades se multiplicaban.

   El problema que presentan estos niños se concreta en la falta de adquisición de conceptos básicos imprescindibles para identificar letras y silabas al que se añade un problema de lateralidad.

  Todas las personas tienen una lateralidad definida, a grandes números aproximadamente el 70% de la población es diestra, hay un 25% que  son zurdos y un 5%que son ambidiestros.

   A medida que el niño va madurando adquiere una serie de conceptos, por ejemplo izquierda - derecha, un niño de unos cinco años debe conocer lo que es su derecha y su izquierda, esto ¿qué importancia tiene? Pues es fundamental.

   Todos procesamos información desde la más tierna infancia con referencia a nuestro propio cuerpo, por ejemplo, cuando entramos en una habitación sabemos que objetos están a nuestra derecha y cuales a la izquierda, cuando caminamos por una calle en busca de una dirección utilizamos este concepto, así diremos la calle tal se encuentra a la izquierda de esta avenida.

   El niño disléxico no tiene asimilado este concepto, por ello confunde determinadas letras, la “b” y la “d” la diferencia está en que el redondel en uno está a la derecha y en la otra en la izquierda, son para él la misma letra, igual le ocurre con la “p” y la “q”.

   La maduración necesaria para adquirir este concepto se complica si el niño es zurdo o aún peor si es ambidiestro, pues vivimos en un mundo donde predomina la dominancia derecha.

   ¿Por qué digo esto? Muy sencillo, la persona que es zurda tiende a realizar la mayor parte de las actividades con la mano o pie izquierdo y en consecuencia le cuesta más trabajo darse cuenta que la mano no dominante es la que predomina.

   También el disléxico tiene dificultad en adquirir los conceptos de orden, por ejemplo el concepto antes – después no lo suelen tener asimilado, por eso confunden silabas directas e inversas, para ellos “se” y “es” es la misma silaba, la diferencia es que en una la “s” está antes y en la otra después.

    Conceptos como delante – detrás o primero – segundo – tercero también lo confunden, las silabas compuestas “cra” o “car” o “pre” o “per” para ellos son las mismas.

    Es interesante que los padres conozcan desde muy temprano cual es la dominancia de sus hijos, para la mano fijarse con que mano coge los objetos o con la que hace dibujos o cualquier actividad; para el pie con cual golpea un balón o cual echa primero a la hora de caminar o subir escalones, si es zurdo insistirle en que conozca su lateralidad.

    El hecho que sea zurdo o ambidiestro no quiere decir que sea disléxico, pero si es importante saberlo para prevenir, pues ya he indicado en párrafos anteriores la importancia de conocerlos a la hora de aprender a leer y escribir.

   Y algo muy importante, el niño disléxico tiene una inteligencia normal y a veces superior o muy alta, resuelto este problema progresan en sus aprendizajes sin dificultad alguna, si algún padre tiene un hijo con dislexia no tiene porque angustiarse pues tiene solución.

 

 

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