Hace unos días hemos tenido la noticia de una sentencia absolutoria de un juez a una madre que dio una bofetada a su hijo ante una actitud violenta de este.
Estas situaciones, que se vienen dando cada vez con más frecuencia, el hijo acusa a sus padres ante un juez de maltrato, es una consecuencia de la modificación que se hizo en su día del artículo 154 del Código Civil.
Según este los padres están obligados a alimentar a sus hijos, educarlos, dar un domicilio, …sin embargo se suprimió en su totalidad un párrafo que señalaba que los padres tendrán la facultad de corregir y moderar a estos.
Muchos millones de españoles de mi edad de pequeños hemos recibido algún cachete, sin embargo no estamos “traumatizados”, todo lo contrario agradecemos en bastantes casos el cachete que recibimos que evitó en el futuro conductas inadecuadas o malos hábitos.
Actualmente los padres tienen todas las obligaciones, pero los hijos ninguna, se están convirtiendo en pequeños dictadores, ya el Defensor del Menor Sr. Hurra ha denunciado esta situación en diferentes medios, existe lo que se denomina “Síndrome del emperador”, los hijos se convierten en pequeños tiranos.
El magistrado Sr. José Antonio Vázquez Tain que ha absuelto a la madre, manifestaba en una entrevista: “el hecho de que un niño imponga la conducta al adulto diciéndole «soy un soberano absoluto y nadie me puede tocar» es peligroso y está pasando”.
Conocí hace ya un par de años una situación derivada del vacío que dejado la modificación del artículo del Código Civil: unos padres de una adolescente retuvieron a esta varios fines de semana sin dejarla salir, esta se juntaba con una pandilla y algunos de la misma consumían marihuana, como ella quería seguir saliendo con estos, denunció a los padres ante el juez manifestando que la tenían secuestrada.
El juez los citó, la suerte para los padres es que dos días antes de la vista fueron detenidos dos miembros de esa pandilla por consumir droga. De no haberse producido la detención no sabemos cuál hubiera sido la decisión del juez.
La supresión del citado párrafo del Código es a mi juicio fruto del “buenismo” y una manera de desentenderse el legislador del problema de los malos tratos, pues siempre existirán personas agresivas sin moral que seguirán produciendo daños, a los que le da igual que se haya suprimido esta parte del citado artículo, tenemos hechos recientes que lo ponen de manifiesto, hace unas semanas hemos conocido el caso de una niña asesinada por los malos tratos, creo, de un hermano del padre.
Pero no es solo este juez, el famoso magistrado Sr. Emilio Calatayud, que ha dictado sentencias muy originales a adolescentes díscolos y agresivos manifestaba en una conferencia reciente en Málaga: “el cachete y la ‘violación de la intimidad’ no estaban antes ni mucho menos cuestionados a la hora de educar a un niño. «Un cachete no es un maltrato si se da en el momento justo y con la intensidad adecuada», es más, el juez retaba al público en plena conferencia a que alguien le explicase «cómo se educa a un niño sin un cachete». Calatayud sí tiene meridianamente claro, sin embargo, que «la familia sigue siendo el núcleo de todo».
Pero hay otra circunstancia que no se ha reparado del caso de este niño cuya madre ha sido absuelta, el padre del niño, del que estaba separada, es el que denuncia al juez la bofetada que le da la madre; da la impresión que se le está utilizando como arma arrojadiza en la mala relación de la pareja. ¿Qué clase de adulto tendremos a la vista de estas influencias?.
Sabemos que actualmente hay hijos que amenazan a los padres con denunciarles ante los jueces, hoy la mayoría de los niños con las facilidades que tienen para acceder internet y las redes sociales, están perfectamente informados de sus posibilidades.
Lo que se tendría que haber hecho en este caso, al suprimir esta parte del articulo del Código Civil, es proponer alternativas, hay muchos millones de padres que tratan de educar lo mejor posible a sus hijos y han quedado en un “limbo” legal, están con las manos atadas ante conductas inadecuadas e incluso agresivas de estos pequeños “tiranos”.
Los informes anuales de la fiscalía señalan además que aumentan cada año las agresiones de los hijos a los padres. Estimo que este problema merece una profunda reflexión, pero creo que actualmente no se hará y así nos va.
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