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La buena noticia. Una malagueña en Cincinnati


           Recibo de vez en cuando noticias de una chica malagueña que, como tantos otros, tuvo que abandonar nuestro país en busca de un lugar donde desarrollar su talento.

          La conocí a través de su madre, una extremeña conquistadora y valiente. Pasaban una etapa, que ya duraba demasiado, de dificultades económicas llevadas con dignidad y sin perder la compostura. Tres hijos en edad de formación y una búsqueda de recursos a base de remangarse y meterle mano a lo que fuera.

        Nuestra protagonista de la buena noticia de hoy tenía apenas dieciocho años y era lista como el hambre. Se la recomendé a unos comerciantes amigos y a los pocos días ya había recorrido varios puestos en escala ascendente. Finalmente, y cuando ya estaba encargada de la gestión de una de las empresas decidió coger los bártulos y cruzar el charco.

       No se como lo consiguió, pero me lo imagino. Aterrizó en Cincinnati en el estado de Ohio norteamericano y se puso a estudiar y a trabajar. Carrera universitaria brillante, la boda en España durante una corta escapada con su “americano” G (celebrada por todos sus amigos en el inolvidable Miguelito “el cariñoso”, lleno de banderines de USA y España) y de nuevo a luchar hasta el momento actual.

     Su vida, amén de ser madre de familia, le ha permitido obtener una licenciatura en psicología, cursos postgrado, trabajar en un banco en el área de mercados emergentes, en especial la estrategia en mercados hispanos, campañas de marketing en español, conseguir que en todo el estado de Ohio se pudiera elegir la opción en castellano en los cajeros y en las páginas Web. Conferencias sobre estrategias en los mercados emergentes, etc. Finalmente, obtener una plaza de profesora de estrategia comercial en la Universidad de Cincinnati.

      Hasta aquí, a grandes rasgos, una historia como tantas otras, llena de esfuerzo, de lucha y de triunfo. Otra forma de exportar España. Otra forma de servir de ejemplo de “supervivencia” sin salir en la tele ni recurrir a la exhibición y el insulto.

    Hoy, en mi buena noticia, he querido presentar a mi buena amiga G.N.T. y a su madre R.T. Hoy están juntas en Cincinnati, pero muy pronto esa abuela coraje se encontrará de nuevo en Málaga para ser un ejemplo callado de mujer, de esposa, de hermana, de madre, de abuela y, para mí especialmente, de amiga; R, la que se pone los pantalones de cuadros cuando es necesario. Por cierto, son tan sencillas que se niegan a que ponga sus nombres completos. Pero toda la gente de mi alrededor las conoce muy bien. Enhorabuena.

 

 

 

 

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