El periódico da la noticia con el encabezamiento “El ministerio de Exteriores quiere recibir a sus visitas en la Santa Sede como Dios manda” para informar a continuación de que la embajada de España en el Vaticano adquiere una alfombra por 40.072 euros (sin impuestos) para el comedor de gala. No es que vayan a comer sobre la alfombra, ni mucho menos. Es para que los invitados pisen sobre un lujoso y amplio felpudo de nudo manual y fibras supuestamente naturales. Ignoramos si realmente es necesario semejante estipendio para un comedor que ya tendría su moqueta; si es poco o mucho dinero para dejar bien la marca España; si eso es lo que Dios manda como irónicamente dice el periodista… Pero que le pregunten a ciertas ONG lo que podrían hacer con cuarenta mil setentaidós euros; que hagan una encuesta sobre el alivio demagógico que podrían hacerle a cuarenta familias un mes cualquiera de los que el sueldo no alcanza.
Se pueden ver los detalles de este suministro en la Web de Transparencia del Gobierno en la dirección: https://contrataciondelestado.es/wps/poc?uri=deeplink:detalle_licitacion&idEvl=8AvghB61pEwQK2TEfXGy%2BA%3D%3D
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