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Cuadrivértices


El 30 de diciembre de 2012 Pedro Portillo, mi entrañable amigo, abandonó este mundo para navegar por los “mares celestiales”.

Anteriormente, José Luis del Amo, otro excelente amigo, de amistad más reciente, le precedió poco más de dos años antes, indicándole el camino. A los dos, desde lo más hondo del corazón, les dediqué sendas necrológicas.

Con Antonio López constituíamos un grupo al que bauticé como “los armónicos” por aquello de que cuatro puntos, situados convenientemente, forman una cuaterna armónica. Y en efecto, la armonía, el deseo de aprender, de divulgar lo aprendido y un super-larguísimo etcétera, era la argamasa que unía al grupo. Nos comunicábamos con frecuencia, por teléfono, correo electrónico o en persona produciéndose un goce intelectual de difícil reproducción.

En cierta ocasión, Pedro, mediante “circular” nos propone que: “El Jefe [José Luis del Amo] desea volver a lo antiguo y aderezar una serie de relatos cortos sobre lo que queramos. El caso es estar activos en lugar de abutacarse”, neologismo digno de figurar en el DRAE. Pedro encabeza el escrito diciendo: “Estimados cuadrivértices” y firmaba como 4º armónico.

Tal empiece y final tocó mis fibras sensibles y no tuve más remedio que hacerme eco de esta manera: “Antes de ‘empezar los sagrados misterios’, tengo que llamar al orden a Pedro por apropiación indebida. El 4º armónico me pertenece por derecho propio. La nominación de la cuaterna armónica, es mía y como soy el menos versado, simplemente Perito Industrial, carrera de primer ciclo, me adjudiqué, ser el 4º y último.

El 1º es por derecho propio el Superamo. [Con referencia al presidente, fundador de ASPROJUMA José Luis del Amo] Quedan pues el segundo y el tercero que se lo pueden echar a suertes Pedro y Antonio”.

Dicho lo que precede, lo del cuadrivértice, me llegó al alma. El cuadrivértice es una figura singular con propiedades específicas, que le son propias. Para los olvidadizos se puede construir un  cuadrivértice con los tres vértices de un triángulo y el ortocentro, punto donde concurren las tres alturas del triángulo.

En este caso y por derecho propio el ortocentro le corresponde a Pedro, los demás nos contentamos con ser los vértices. El cuadrivértice se relaciona con la circunferencia de los nueve puntos o de Feuerbach. Lo curioso es que si en vez del ortocentro fuéramos tomando, sucesivamente, otros puntos notables del triángulo, obtendríamos “cónicas de los nueve puntos”.

No voy a desarrollar toda la teoría del cuadrivértice, basta ese ejemplo de erudición geométrica. Se ve que le he sacado bastante jugo al Puig Adams.

Del grupo puede dar fe el Centro Social del Mayor de Alhaurín de la Torre donde en mesa redonda, se desarrolló el tema “La vida tras la jubilación” que anuncié en una Columna de ese título y cuyo desarrollo glosé  en otra intitulada: “La jubilación es el principio de una jubilosa etapa de la vida”, cuyo epígrafe resumía el contenido del acto.  Y han pasado más de siete años.

¡Qué fértil la vida intelectual! ¡Cuánto hay que agradecer a la memoria! Con ella podemos reproducir, las veces que queramos, como una película, todo aquello que en el pasado nos produjo satisfacción. Que el Señor nos la conserve por mucho tiempo. Amén.

 

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