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Salvar al soldado Sánchez


Escasas horas quedan para conocer los resultados de las más apretadas elecciones generales que se han celebrado en España en estos 40 años de democracia. Cuatro partidos se disputan la presidencia, cuando antes eran exclusivamente dos. El bipartidismo como tal está en cuestión, más,  no e s que haya desaparecido, simplemente se ha divido por dos. Derecha e Izquierda se han subdividido en dos derechas (con matices propios) y dos izquierdas (con matices propios). En España cuando un colectivo no funciona o cuando aparecen problemas existenciales, se subdivide, por un lado permanece el original y por otro surge el nuevo consecuencia de la subdivisión.

La derecha y la izquierda en política son inmutables mientras no aparezca otra fórmula que la sustituya. El populismo que ha sido con alguna frecuencia un adlátere a ambas, no termina de cuajar como movimiento independiente y termina siendo populismo de izquierda o de derecha según el líder de la corriente esté en uno u otro lado. Como el bipartidismo es la formula imperante en los estados más desarrollados e importantes léase… USA, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, países de la UE en general  o países desarrollados o en vías de desarrollo, al final, por mucho que lo intentamos, la fuerza de lo tradicional termina por absorber a lo emergente. Así hoy en España tenemos Un partido de derecha centrada, el PP y otro de centrada derecha (que no es lo mismo) llamado  Ciudadanos. En la izquierda, la centrada izquierda del  PSOE y finalmente la izquierda centrada de PODEMOS. Partido que viene desplazándose en el lapsus de un año desde el extremo más extremo de la ideología izquierda, hasta su posición actual en la izquierda centrada a la misma velocidad que una anciana se desplaza desde la cola de una caja a otra, cuando se escucha en un Mercadona “se acaba de abrir la caja 4, pasen los últimos por ella”. Es decir, a la velocidad de la luz.

Como diría Machado, PODEMOS va ligero de equipaje, pues ha dejado en el camino, Venezuela-Chaves-Maduro (y su dinero), Grecia-Tsipras, los desahucios, la renta básica, la auditoria de la deuda pública, la banca pública, las votaciones por internet, los consejos ciudadanos (el de Alhaurín de la Torre no se ha reunido nunca desde su formación), los secretarios generales locales  (el señor Juan Manuel España, no fue ni al mitin de Podemos en el pueblo), las ideas frescas y renovadoras  del 15M y las tiendas de campaña de la Puerta del Sol. Hasta, por dejar en el olvido, Pablo Iglesias hace meses que no pronuncia la palabra “casta” en tono insultante, tal vez  porque no se quiere autoinsultar. Por olvidar, ni se fotografía publicamente junto a su intimo (y socio) J.C.  Monedero.

Hoy, esas dos derechas y esas dos izquierdas se disputan el gobierno por separado y enfrentadas todos con todos, sabiendo, que están obligadas a entenderse a dos en un pacto, porque nadie será capaz de sacar un resultado que le permita gobernar en solitario con un mínimo de estabilidad y fuerza.  Se impone por tanto el pacto y voy a meterme en honduras y hacer de pitoniso.

350 son los diputados a elegir y 176 la  mayoría absoluta. Según se vislumbra de las encuestas realizadas, los cuatro grandes partidos se repartirán unos 300/310 escaños mientras el resto de partidos menores y nacionalistas unos 40/50. De  estos, unos 20/25, los que se le atribuyen a CIU, ERC, CUP y Bildu, están fuera del juego de alianzas, ya que tres al menos, PP, PSOE y Cs no van a pactar con los catalanistas separatistas porque significaría aceptar la segregación de España. El resto, otros 20, se reparten entre la izquierda y derecha IU-UP, BNG, PNV, UPN, C.C. , UPN, Foro Asturiano etc.

De los 300/310 atribuidos  a los cuatro grandes, según las encuestas, al Partido Popular, que se les da por ganadores y gracias al voto en provincias con pocos habitantes, se le asignan entre 110/120 diputados. Quedan por tanto 180/190 a distribuir entre los otros tres, PSOE, CS y PODEMOS. Ahí está el lio. Según cada encuesta, la distribución es distinta, pues los márgenes de diferencia entre ellos es escaso, por lo cual, andan a la gresca cazando cada uno en el coto de otros. El PSOE se ha radicalizado, Sánchez se ha puesto el traje anticorrupción y a base de gritos está peleando con todos porque se le van votantes por ambos costados. PODEMOS, ha quemado las tiendas de campaña de la Puerta del Sol, como hizo Hernán Cortes con sus naves en Veracruz y se ha lanzado al centro, pasando por la derecha al PSOE, a ver si consigue el oro de Moctezuma. Rivera está a verlas venir en plan alternativa moderna recogiendo votantes descontentos del PP y del PSOE. 

Distribuyan Sres. lectores a su saber y entender estos 180/190 votos entre esos tres partidos y pasemos a los sumatorios. La cosa está complicada, los pactos ganadores se podrían dar de la siguiente forma:

1.-  PP + Cs. (gobierno Rajoy) Sería el más lógico y deseado por la mayoría ya que daría estabilidad y renovación. Si no superan los 175, siempre pueden acudir a PNV, Foro, UPN, CC hasta completar los 175.

2.- PP +PSOE. ¿Por qué no? Sería una opción defensiva del bipartidismo ante el avance de los emergentes. Rajoy ya ha insinuado algo.

3.- PSOE +PODEMOS (gobierno Sánchez) encontrarían apoyo si fuera necesario en IU, e izquierda nacionalista, pero difícil de alcanzar los 175 escaños

4.- PODEMOS + PSOE (gobierno Iglesias) con los mismo apoyos

5.- PSOE + Cs (gobierno Sánchez) que seguramente sería apoyado por casi todos los partidos menores. PSOE +Cs + PODEMOS no se contempla ya que Rivera ha dicho por activa y pasiva que no va con Iglesias ni a coger billetes 500 lauros ya que PODEMOS defiende un referéndum en Cataluña.

6.- Cs + PSOE (gobierno Rivera) con apoyo generalizado de casi todos (incluido PODEMOS).

Esta opción, la sexta, es la que pone los pelos de punta al gobierno del PP, porque no sólo es factible si el PP no consiguiera, -pese a ganar-, apoyos para formar gobierno, sino que sería probable si el resultado de Cs está por encima o casi del PSOE. Rivera no es una mala solución apoyado por casi todos. Por ello, hace más de una semana se puso en marcha la operación “salvar al soldado Sánchez”. Lo denunció Albert Rivera y no le faltaba cierta razón. Los medios de comunicación, los poderes económicos e incluso el propio gobierno, viendo la sangría de votos que estaba padeciendo Pedro Sánchez tras su debate a cuatro, habían decidido una operación rescate. Se busca que Rivera o Iglesias, pero sobre todo Cs, no lo supere. A Sánchez le están dando cuartelillo.

Eso explica “la tibieza” de Rajoy en su debate cara a cara, (era tal muermo tanta cifra, que yo me dormí a los veinte minutos)  Cuando Sánchez se vino arriba y lo insultó llamándole indecente, Rajoy espabiló y todo se animó. Explica el motivo del PP centrado en los últimos días en atacar a Cs. Explica y mucho, el giro del diario el Mundo, el diario naranja por excelencia, quien se ha vuelto más cercano al poder. Explica la mayor cobertura mediática al PSOE e incluso el porqué en estos tres últimos días, los traking electorales dan una bajada en las expectativas de voto de Cs, la remontada de PODEMOS y la parada en la caída del PSOE.

Salvando a Sánchez se vuelve a ese bipartidismo lógico que hay que conformar en estos cuatro años, donde solo queden de nuevo dos. Uno, la unión PP-Cs en un gran partido de centro/derecha renovado, limpio, con un gran proyecto de una España moderna y unida con nuevas personas, líderes e ideas, que posiblemente tenga de presidente a Rivera o a Soraya y por otro lado, un PSOE-PODEMOS que aglutine las fuerzas de una izquierda centrada y no me cabe duda que su secretario general será un tal Pablo Iglesias, con o sin coleta. (Con permiso de Susana).

Las doy las gracias por la paciencia en llegar hasta aquí leyendo y vayan Uds. a votar el domingo en conciencia y libertad a quien les plazca.

 

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