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Cada uno es lo que entiende


Solo el que entiende de democracia puede ser demócrata; solo el que entiende de matemáticas puede ser un matemático; solo el que entiende de salud puede sanar a alguien; solo el que entiende de racionalidad puede ser racional; solo el que entiende de no manipular absolutamente a nadie puede de verdad no manipular a nadie desde un principio; solo el que entiende de lo natural puede tratar bien a la Naturaleza.

De hecho, cada cual es lo que entiende: si entiende ya algo equivocado de la realidad A, pues actuará, contestará y pensará siempre con esa limitación, incapacidad o gravamen (por vida) de la realidad A. En resumidas cuentas, verá siempre sesgada la realidad A y, cuando hable de ella, confundirá a los demás, los manipulará o simplemente (en un mal influir) los equivocará.

También, otra incapacidad cognoscitiva es el entendimiento machista; en el cual, el que la tiene, considera que si una mujer se ríe ya quiere “follar”. En este entendimiento se denigra inconscientemente (o a intervalos de consciencia) a la mujer, se la violenta y, en tal caldo de cultivo, aun se la puede destruir o matar.

Otro involutivo entendimiento es el ideológicamente interesado; en el cual todos entienden que el que desarrolla otra manera de pensar a las suyas ya, sí o sí, siempre está realizando un mal, así es, como un prejuicio imparable. En este entendimiento, una persona jamás ve o entiende con autocrítica los naturales errores de los demás como habituales o normales, sino sobredimensionados como graves o terribles. A la persona que entiende interesadamente solo le mueve el salvar a toda costa su interés o “su bien irreal o hipersugestionado”.

Otro mal entendimiento es el entender bajo la presión de algo injusto que se ha normalizado, o bajo una costumbre (que consideran cultura) que es objetivamente cruel con respecto a los animales; es el caso del “toreo” o, en el fondo, de cualquier “tradición” en la que hay una finalidad de distracción-rentabilidad a costa de la utilización indigna de un animal que sufre; sí, sufre porque en objetividad se le hace daño.

En fin, toda persona debe entender las cosas de una forma equilibrada, sí, que cause la menor destrucción en cualquier situación (o ninguna si es posible), o debe entender las cosas (las que son de la realidad) siempre racionalmente, con empatía y con sentido autocrítico o de responsabilidad. Otro entendimiento, por un camino o por otro, siempre provocará estúpidas o evitables consecuencias de maldad o de destrucción.

Desde la ley de causa-efecto (en acción-realización), el que sabe ENTENDER bien una realidad es únicamente el que sabe VALORAR bien una realidad, y no hay otro camino; ya sea el machismo, el fascismo, el feminismo, el colectivo LGTBI o los DD.HH.

La razón (o el entendimiento de máxima responsabilidad que existe con respecto a la realidad) es la única capacidad que puede conseguir cualquier ser humano para que no se extiendan las confusiones y las actitudes ya contagiadas de violencias gratuitas pero, ante todo, de malos entendimientos por asumirse un destino de verdad coherente de nuestra humanidad.

 

José Repiso Moyano

 

 

 

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