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El Copo. Seguimos


Cuesta trabajo, más de lo que algunos y algunas creen. La escritura es muerte y resurrección. Muerte del que transcribe sus sentimientos y resurrección, a veces, para el que los recibe.

Hace unos días, mo muchos, nuestra hija nos "inmortalizó", a mi mujer y a mí, en una fotografía en una tarde al regreso de tomar el menú diario, económico y casi familar, que , más o menos, todos los días en un modesto y limpio restaurante, La Viga, por la módica  cantidad de 8,50 euros.

Tuvo aceptación el "clic" entre los que me leen con frecuencia y, también, por aquellos que lo hacen de forma esporádica. A todos y todas, mil gracias.

Realmente uno escribe, además de "porquesí", para dar rienda suelta a sus sentimientos recónditos y que los demás, si así lo desean, lo juzguen. De tal forma, que todo aquel que escriba en cualquier red social no puede darse por enfadado o contento según lo que que digan de su estilo.

He participado durante años, tal vez demasiados, en Fb. He sido criticado, aplaudido y lo mejor de todo: plagiado. Que lo plagien a uno, a no ser que uno sea demasiado egoísta, es lo mejor que le puede suceder a una que desea ser poeta.

A los 86 años de edad, es lógico que mis apariciones en Fb. sean menos frecuentes. Cuando no es la fiebre es el riñón, y cuando no es el riñón son las espaldas. Esas menudencias y saber con certeza que la parca está cerca, consiguen que los escritos, me refiero a los míos, puedan interesar menos a los "amigos" de Fb, pero es lo que me queda por decir y, valiente tragedia, si digo que los amigos de Fb. son los últimos en acogerme o rechazarme, de lo que me alegro cantidad porque, al fin y al cabo, eso es la vida: una ruleta en la que se juega nuestro destino.

Todo eso viene a cuento, porque con motivo de la foto de la pareja en plena calima, uno de vosotros, al que no conozco personalmente ha colocado como comentario un poema dedicado a la pareja de la foto, poema que procede de un clic, un milagro, una maravilla. A continuación transcribo el poema  de Jorge Maldonado de Miguel.

A un servidor le parece un milagro... y lo es.

 

ELLA

 

Ella, que me acompaña en el camino, 

dibujada en color sepia, a diez centímetros,

a diez centímetros del cielo mío.

 

 

Ella, la que siempre me acompaña,

haga calor o frío.

 

Ella la que siempre estuvo y estará

en el corazón de ese poeta, llueva, haga sol, viento o calima.

 

Ella que aprendió a brindar con sus labios sobre los míos.

 

Ella, que con el viento de su aliento, acaricia mi elegía que embriaga mi paseo,

que se agarra al roble de mi árbol,

como mozuela en el hastío.

 

Ella, siempre ella, la pastora de mi vida, de mis dulces melancolías.

 

Y yo.

Vivo por mi, para ella y por ella.

Tranquilo en el estanque de las olas de la vida, sorteando a diestro y siniestro,

los avatares de la vida.

Pero eso sí, conmigo, contigo,

con ella.

 

Jorge Maldonado de Miguel

 

 

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