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Silenciar a la verdad es demasiado fácil


Desde siempre, existe una violencia que impide y castiga constantemente a la ética o a la razón mínima, sí, y es ésa que se dirige a destruir la dignidad misma del ser humano; pero, en concreto, de ése ser humano que por uno u otro motivo molesta a algún poder. He ahí que esta violencia solo la reciben los disidentes chinos o rusos o de todos los países en general por una maquinaria de represión implacable; asimismo esta violencia la reciben las personas que no le bailan el agua a las multinacionales farmacéuticas o ésas personas que intentan frenarles a las multinacionales madereras en sus oscuras intenciones o ésas personas que no colaboran nunca en los duros fanatismos o en los nacionalismos cerrados de ciertos países, etc. En claro o sin rodeos, la reciben inhumanamente todas las personas que son perseguidas por mentiras (por abusos de grupalidad incontestable o por estructuras de mentiras) o que van con la verdad por delante; aunque las reciben por parte siempre de algún poder (sí, ya sea, económico,  de grupalidad fanática, de estar en una mejor posición social, etc). Los demás, hasta tal punto se han adaptado siempre a los errores o a la mala valoración que, en tal adaptación siempre pasiva, ya no los han considerado errores (pues los han normalizado en sus vidas, en función de ser verdugos de tales acciones no reparadas).

En importancia, la VIOLENCIA INSTRUMENTAL es objetivamente (en el fondo) la que desarrolla o fortalece todas las demás violencias y es, sin duda, el MOTOR DE TODAS LAS VIOLENCIAS en tanto que impide la verdad (en la sociedad) e impide radicalmente la libertad o la justicia o la dignidad. ¡Así es!

Es ésa dura violencia ejercida sobre otro solo para silenciarlo, para vencerlo o para obtener un control sobre él. Para ello, también utiliza recursos públicos para que estén en contra de él (o a veces para que se vaya él quedando cada vez más sin unos mínimos recursos públicos o vitales). Sí, porque esta perversa violencia se ejerce siempre desde una vil ventaja o desde una mejor situación social o de poder, siendo así un gran abuso, pero intentando siempre aíslar a la víctima o que se vaya quedando sola, desacreditada y sin su voz, por garantizarse más miserable poder (y menos verdad en la sociedad).

El bullying, el acoso emocional, el chantaje emocional, el llamado "síndrome de alienación parental", "intimidación de poder", "el acoso a los morosos desproporcionado", "el acoso a los inquilinos" "el silenciar los esfuerzos de alguien", "el ninguneo a un sabio solo porque su demostrar verdades molesta a tantos","el negacionismo de la dignidad de alguien", etc, son las múltiples variantes de la violencia instrumental. Pero, cuando se hace en masa, ES INCONSCIENTE (alineada) a modo de un fanatismo atroz.

En la sociedad compleja en la cual vivimos, es obvio, esta violencia instrumental se ejerce inhumanamente más que cualquier otra violencia y, en algunos países, más que todas las demás juntas; en donde la finalidad es la destrucción, anulación o dominio del otro a través de unos medios sutiles (de silenciar, "desarmar emocionalmente", ponerle zancadillas, intimidar, acosar, etc) de neto exterminio.

Ése aludido tener una mejor ventaja o situación de poder es, por ejemplo, que a ti te arrope una mayoría y al otro no, que a ti te proteja una tendencia dominante y al otro no, que a ti te proteja una mayor fuerza física y al otro no (en el machismo), que a ti te sea válido saltarte las reglas éticas y al otro no (por sujetarse a ellas y así quedar en desventaja), que a ti en grupo te traten con cierto favoretismo (o "licencia para sobrepasarte") y al otro no, que a ti te sean válidas tantas sinrazones (porque cuentas con influencias que te las van a dejar parar por alto) y al otro no, que tu ejerzas una seudoautoridad moral y el otro no (en el caso de acosos dentro de instituciones religiosas), que tú puedas hacer un adoctrinamiento forzoso (el de sectas y totalitarismos) y el otro no, que tú pertenezcas a una supermayoría racial y el otro no, que tú todo lo vayas conseguiendo vetando (desde periódicos,  desde radio, desde televisión, etc) al que demuestra razón y el otro no, etc. ¡Y vaya cobardía!

De veras, es firmísimo que los protectores de la verdad (o de los valores del bien: razón, no vetar vida, etc) objetivamente tienen siempre la presión de ésta violencia de fondo, ¡y la tienen que aguantar!, ¡solos e “infinitamente” desprotegidos!

En definitiva, la VIOLENCIA INSTRUMENTAL solo quiere siempre conseguirlo todo como he señalado, en una total ausencia de la razón-ética o nunca ayudando al que demuestra razón-ética (en la sociedad). Sí, muchos escritores, famosos o famosetes, políticos, etc,  objetivamente se han servido de ella... para conseguir todo lo que han conseguido.

Da asco pero, lamentablemente, el asco a algunos les suena “ a bonito” (porque el olfato y el corazón ya lo han perdido). Silenciar a la verdad es demasiado fácil cuando actúa ésta sutil violencia.

Por último, pensar seriamente en algo puede ser erróneo de mil maneras y también tiene mil maneras erróneas cuando se difunde por muchos intelectuales, en ausencia de lo más esencial. ¡Claro que sí!, yo siempre pienso que hay que ayudar al pensamiento que actúa a la realidad, y no que sea pasivamente producto más de la irremediable realidad. Así es, piensen que no es lo mismo actuar al miedo que actuar con el miedo; ni es lo mismo actuar a una injusta realidad que el actuar con ella, ya contagiado o preso de ella.

Hasta tal punto se han adaptado siempre todos a los errores que, en tal adaptación siempre pasiva, ya no los han considerado errores (pues los han normalizado en sus vidas).

 

 

José Repiso Moyano

 

 

 

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