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El Copo. “Perra chica” a “perra chica”


“Perra chica a perra chica” (5 céntimos de peseta), “perra gorda a perra gorda” (10 céntimos de peseta), “real a real” (25 céntimos de peseta), peseta a peseta, duro a duro (5 pesetas), billete a billete de 25 pesetas, euro a euro, … etc. introducidos en la hucha o en la libreta de ahorros, lo conseguimos.

Desayunando zurrapa migada con pan negro, almorzando a diario unos garbanzos de un cocido y cenando, noche tras noche, la “pingrá” del mismo, cocinado por Matilde, la portera del Grupo Escolar a la que pagaba diariamente tres duros (quince pesetas) por el menú, lo conseguimos.

Dando clases particulares a la chavalería del franquismo, cobrando las “oficiales permanencias”, creando una academia clandestina, bebiendo vino blanco peleón y fumando “ideales” -bello nombre para tan mal tabaco-, lo conseguimos.

Ella, la “pastora”, trabajando en sus “migas” escolares para niños que no tenían edad para acceder a los colegios oficiales, lo conseguimos.

Conseguimos crear una clase media que llegó a poseer, tras ahorros y sacrificios, una vivienda propia y un Seat-600 sin ser esclavos de nadie ni de ninguna ideología fascista.

Más tarde pusimos el punto de mira en disfrutar de un viejo apartamento cercano a la mar, y pudimos con aquellas letras que, mes tras mes y año tras año, nos habíamos comprometidos a pagar.

Y tuvimos una hija, única por partida doble, o sea: porque es única e irrepetible y porque ya no hubo más descendencia.

Y ahora, tras ese arduo y duro trabajo, nos llegan unos mangurrinos estatales que amenazan con impuestos, tasas y robos para que ella, cuando nosotros descansemos en la paz de lo bien hecho, sea una mártir del Sánchez y del tío del “moño”.

No quiero más mártires, deseo justicia.

 

 

 

Comentarios
  • Lola Gallego

    6 December 2020

    Hombre de dios, justicia sería que cada cual se ganase la vida trabajando, no heredando.
    Un poco tarde, pero feliz día de la Constitución, comandante.
    La pechá de tiempo que no contestaba por aquí, pero sigo echando de menos a un poeta.

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