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Los Reyes Magos y el allanamiento de morada


La Constitución establece que el domicilio es inviolable y que ninguna entrada o registro podrá hacerse el mismo sin consentimiento de su titular o resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito. Para garantizar la inviolabilidad del domicilio, el artículo 202 del Código Penal castiga, con la pena de prisión de seis meses a dos años, al que, sin habitar en ella, entrare en morada ajena o se mantuviere en la misma contra la voluntad de su morador. Según varias sentencias del Tribunal Supremo, el precepto indicado, que regula el delito de allanamiento de morada, configura la infracción penal indicando que la misma se comete por entrar un particular en casa ajena o en el de permanecer en ella, siempre que se verifique contra la libre voluntad del que la ocupa, condicio?n que no es menester se haya puesto de relieve de una manera expresa y directa, bastando que lo?gica y racionalmente pueda deducirse de las circunstancias del hecho o de otros antecedentes.

Los Reyes Magos, la noche del día 5 de enero de cada año, acceden a miles de hogares para dejar regalos a niños que esperan recibir sus presentes con gran ilusión. Esa conducta de las majestades podría constituir un delito de allanamiento de morada conforme al artículo 202 del Código Penal, pero esa posibilidad puede descartarse con varios argumentos.

Hay dos opciones para defender a los Reyes Magos en el proceso penal que se podría llegar a plantear. Por un lado, puede alegarse que las majestades orientales acceden a los hogares para cumplir un deber o ejercer un derecho establecido por una costumbre que lleva vigente muchas décadas, de modo que no existe responsabilidad penal. Por otro lado, es posible alegar la existencia del consentimiento de los habitantes de las casas, ya que el mismo se puede deducir por el ofrecimiento de alimento y bebida para el momento en el que los Reyes Magos lleguen al hogar correspondiente, de forma que no se estaría realizando la actividad castigada por el Código Penal, que requiere la falta de consentimiento del habitante de la casa para perpetrar el delito.

No parece probable que puedan investigar, enjuiciar y condenar a los Reyes Magos, así que su tradicional día lleno de regalos no correrá peligro alguno. Por lo tanto, los niños podrán estar tranquilos.

 

 

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